FRANCIA POLÍTICA
Macron apuesta por la juventud de Attal para sacar al país de la parálisis
De 34 años y gay, el nuevo primer ministro fue portavoz del Gobierno y titular de Educación
Tiene por delante gestionar las elecciones europeas y las Olimpiadas
Enfrascado en luchas intestinas y guerras partidistas que paralizan el país, el presidente francés, Emmanuel Macron, apostó ayer por el joven y popular Gabriel Attal para dirigir su Gobierno, con el mandato expreso de sacar a Francia de la parálisis y relanzar las reformas que considera necesarias.
Deseoso de dar un nuevo impulso a su mandato, año y medio después de su reelección y tras haber sacado adelante con mucha dificultad reformas impopulares como la de las pensiones o la ley de inmigración, Macron busca un nuevo aliento.
Y lo pone en manos de un joven político de carrera meteórica, que, a sus 34 años, se convierte en el más joven en dirigir el Gobierno, tan solo ocho después de haber comenzado su andadura política. Además, es el primer primer ministro francés abiertamente homosexual. “Cuento con su energía y su compromiso para llevar a cabo el proyecto de revitalización y regeneración”, aseguró Macron.
Sustituye a Élisabeth Borne, que dimitió el lunes, de perfil más técnico, más hosca en la comunicación que Attal, con quien comparte origen socialista y credo liberal. Y es que Attal es un fruto del macronismo, que abrazó tras abandonar años de militancia socialista en 2016 para convertirse en portavoz de la campaña electoral presidencial de Macron. De su mano, accedió a los 28 años al Parlamento, y a los 29 se convirtió en el más joven miembro de un gobierno francés como secretario de Estado de Educación y Juventud. A los 31 fue portavoz del Gobierno, función que ejerció durante la pandemia, lo que popularizó su rostro entre los franceses y contribuyó a que, dos años más tarde, asumiera la cartera de Hacienda, que ocupó hasta julio pasado. En un nuevo salto adelante, fue nombrado ministro de Educación, donde demostró su combate contra el acoso escolar, que él mismo confesó haber sufrido, y elevó todavía más su cota en los sondeos.Ese capital es el que ahora quiere aprovechar Macron en un año clave, con las elecciones europeas de junio y los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que situarán durante varias semanas a Francia en el centro del tablero mundial.