El texto vuelve a la comisión de Justicia para negociar

El rechazo a la ley de Amnistía supone un retraso inesperado en su tramitación. Estaba previsto que el PP, con su mayoría absoluta, intentara ralentizar al máximo su tramitación en el Senado, pero lo cierto es que el primer problema de calendario ha surgido en el Congreso con el rechazo de Junts. La ley va a volver ahora a la Comisión de Justicia del Congreso, donde los de Carles Puigdemont confían en negociar y que el PSOE acabe avalando sus enmiendas al texto. Todo mientras fuentes de Esquerra advierten de la complejidad del escenario, apuntando a un PSOE que tiene difícil ir más allá en los acuerdos.

La aprobación del dictamen de la ley de amnistía por parte del bloque de la investidura, con 177 votos a favor y 172 en contra, permite que los grupos parlamentarios tengan un nuevo plazo para introducir cambios. Socialistas y juntistas apuntan que el plazo es de quince días, dado que la tramitación de la ley se está llevando a cabo por la vía de urgencia. En la comisión se trabajará sobre el dictamen de la ley y continúan vivas las enmiendas en solitario de Junts y ERC y las transaccionales entre Junts y ERC y de Junts y el PNV que se votaron en el pleno. Además, si los grupos parlamentarios llegan a otros acuerdos, podrán presentar enmiendas transaccionales. Si la comisión avala un nuevo dictamen, el proceso vuelve a empezar y habrá que volver a llevarlo al pleno, como ocurrió ayer, con la intención esta vez de que se acabe con la aprobación de la ley. Después debería pasar al Senado, donde el PP la rechazará de plano y podría encallarla durante dos meses. Luego sería de nuevo la Cámara Baja la que le daría el visto bueno definitivo.El Gobierno de Sánchez asegura que la legislatura no está en riesgo y fuentes del Ejecutivo señalan que no van a cambiar su posición sobre la ley. Confían en que sea Junts quien recapacite. Sobre cómo afecta el freno de los de Puigdemont a la ley sobre las relaciones de cara a otras negociaciones importantes, desde ERC recuerdan que los presupuestos generales del Estado se pueden prorrogar y advierten a los de Carles Puigdemont de que se han metido en un callejón sin salida.