La inmigración sigue al alza
En la última década los residentes de nacionalidad extranjera han aumentado un 16,5%
Los últimos datos del padrón publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), señalan a que a 1 de enero de 2023 cerca del 20% de la población residente en las comarcas leridanas era de nacionalidad extranjera. Un colectivo que no ha dejado de crecer, incluso, durante los años de la pandemia, y que dispara al alza el número de residentes en la provincia. Una situación que se ha repetido en la última década. Según el INE, a principios del año pasado el 19,75% de la población era de nacionalidad extranjera, porcentaje que en 2013 era del 17,4%.
Asimismo, este colectivo ha experimentado un incremento en la última década del 16,5%, cuando en el conjunto de los residentes solo lo ha hecho en un 2,63%. Trabajar por la integración es uno de los principales objetivos de programas como el Creu Roja para la atención de personas recién llegadas a las comarcas leridanas. Según las cifras facilitadas por esta entidad, el año pasado fueron atendidas 2.653 personas en el ámbito de Migración y Refugio. De estas, 1.775 eran personas migrantes que abandonaron su país de origen por motivos básicamente económicos, y el resto, 878, eran personas solicitantes de asilo y refugiadas, que se habían visto obligadas a dejar sus países por conflictos armados, persecución racial, de género o religión, entre otras causas. Desde el programa de Migración y Refugio, Creu Roja atiende las necesidades básicas de estas personas especialmente vulnerables, proporcionándoles acompañamiento legal o psicológico y ayudándoles en el proceso para conocer el idioma, buscar trabajo o una vivienda.
Así lo explica Jordi Vidal, responsable de este servicio en Lleida, que recuerda las dificultades que pueden encontrar a la hora de buscar vivienda o trabajo. “La atención está centrada en las personas y en sus necesidades, además de darles herramientas para el proceso de integración en el país de acogida. Aunque hay personas que tienen una situación no regularizada, también se atiende aotras que sí la tienen o que están en proceso”, asegura. Según Vidal, las personas migrantes que vienen a las comarcas leridanas “tienen a algún conocido aquí” y pueden encontrarse con trabajos temporales, estacionales y con salarios bajos. “Los falsos mitos asociados a la inmigración hacen daño, los microrracismos existen y la integración también depende de la ciudad de acogida”, señala.
Por ello, desde la entidad también hacen talleres para que este colectivo conozca sus deberes, pero también sus derechos, “para saber detectar estas situaciones”. En cuanto al perfil, antes eran más hombres que mujeres las personas migrantes que llegaban a Lleida, pero ahora la cifra se está igualando. En el caso de países africanos, suelen ser hombres solos, mientras que los que proceden de Latinoamérica, son familias monoparentales