Jeannine Abella (Junts + Carles Puigdemont per Catalunya): «Las renovables hay que repartirlas y, cuanto más cerca del consumo, mejor»

Las encuestas les son favorables en Lleida. ¿Cómo lo ve? 

Esta campaña nos cogió por sorpresa pero con el trabajo hecho. No hemos dejado de visitar a los sectores y de defender en cada comisión del Parlament a Lleida, el Pirineo y Aran. Obedece a un acto de justicia por lo que se ha ido haciendo desde 2021. 

Sus predecesores fueron Josep Maria Forné y Ramon Tremosa. Usted es joven y alcaldesa de un pueblo del Pirineo. ¿Un cambio? 

Junts cree en el equilibrio territorial. Si queremos un país vivo de punta a punta hay que dar voz a todos y fomentar el liderazgo de pueblos pequeños. 

¿Qué aporta a la candidatura? 

La experiencia en la gestión. Los ayuntamientos tenemos muchas competencias y pocos recursos, lo que te obliga a ser eficiente; escuchar mucho y tocar con los pies en la tierra; prometer poco y cumplirlo todo. Porque cuando asumes un compromiso ante alguien tarde o temprano te lo encontrarás y deberás mirarle a los ojos. 

¿Los candidatos del territorio tienen margen de maniobra o cualquier decisión está centralizada? 

Se juega a dos niveles. Por un lado, hay una campaña marco, y luego hay temas de territorio que puede obedecer al trabajo que se ha ido haciendo y no se ha podido conseguir. También marcas un poco la agenda de los temas que has defendido y que para ti son prioritarios. Junts escucha la voz del territorio. 

Y en campaña, ¿cómo se traduce? 

A nivel de propuestas tenemos actuaciones que creemos que hay que hacer esta legislatura. Por ejemplo, el polígono de Torreblanca- Quatre Pilans o infraestructuras vitales, como el puerto de Comiols o la autovía de Balaguer, que queremos con cuatro carriles. La agricultura, plagas, fauna, tenemos una agenda muy marcada en agricultura que ha influido en el proyecto nacional. 

El asunto Cristina Casol, ¿se cerró en falso? 

Se cerró como tenía que cerrar-se. No hay que confundir feminismo e igualdad de género con la discrepancia política. Lo viví de primera mano. Está cerrado. 

Les acusan de ser un proyecto personalista alrededor del expresident Carles Puigemont. 

Es todo lo contrario. Es un eslogan interesado. Puigdemont podía haberse quedado esperando la ley de Amnistía. Pero viendo que el país ha tocado fondo, y nuestro proyecto pasa por reformularlo todo, él decide dar el paso. Hay un candidato que se llama Puigdemont pero al final se trata de la restitución de un presidente en el exilio. 

¿Qué modelo debe seguir la agricultura? 

Tiene que tener estabilidad. Hemos mareado demasiado a los agricultores con normativa y cambios. También hay que prestigiarla y proponemos un modelo que incluya las dos realidades que tenemos: la agricultura de kilómetro cero y la de más volumen, que comparte la calidad y la cantidad y nos ayuda a llevar el nombre de Lleida al mundo. 

Ustedes estaban también en el Govern cuando ya había quejas por la burocracia. 

Hay que hacer autocrítica. A veces esto funciona por tendencias y te dejas arrastrar y llega un momento en que vas poniendo normativas y te adaptas sin parar a analizarlo. La Revolta Pagesa nos ha ayudado a abrir los ojos. Nosotros creamos la mesa de desburocratización de la agricultura, pero vamos tarde. 

¿La administración debe adelgazarse? 

En los próximos diez años se jubilarán casi el 50% de los funcionarios y habrá que ver si con menos funcionarios podemos hacer más y mejor. 

¿Dónde queda la independencia? 

Siempre hemos sido independentistas. El mandato del 1-O sigue vigente pero estamos en un momento en que el país ha tocado fondo. Sin olvidar el objetivo de la independencia ahora lo que toca es levantar Catalunya para acabar el trabajo que iniciamos el 1 de octubre. La gente está más descontenta que nunca y eso solo puede obedecer a una mala gestión del proyecto. 

¿Defienden la confrontación con Madrid? 

Lo que pedimos es gestionar el 100% de los impuestos que recaudamos en Catalunya porque hoy no tenemos la llave de la caja, y mañana no seremos independientes.

¿Con quién priorizan pactar? 

No nos hemos movido. Siempre priorizaremos a las fuerzas independentistas. 

Pero el govern ERC-Junts no funcionó. ¿Qué cambiará? 

Lo que queremos es que vuelva el buen gobierno. Si somos capaces de llegar a acuerdos buenos para Catalunya, ¿por qué no? 

Y para Lleida, ¿cuáles son sus prioridades? 

La industrialización. Nos falta suelo industrial. Reducir la burocracia y la presión fiscal que sufren todos, pero especialmente, la pequeña y mediana empresa. Tenemos que ser competitivos y evitar que las empresas se vayan a diez kilómetros. 

¿Y cómo hay que hacerlo?

 Desburocratizar y agilizar. No hemos sido capaces de hacer trámites en paralelo, aquí siempre han sido sucesivos, y puede estudiarse otra forma de hacer las cosas si no son incompatibles. 

¿Qué otras prioridades? 

Además de las carreteras, el transporte ferroviario es prioritario. Pedimos más frecuencias de Avant urgentemente y queremos las competencias. FGC funciona mejor que Rodalies. 

¿Como habrían gestionado la sequía? 

Vamos muy tarde en desalinizadoras y potabilizadoras. El tripartito dejó un agujero de 1.500 millones en la Agència Catalana de l’Aigua. En regadíos, la modernización del Canal d’Urgell es muy cara para los regantes y unos por otros el trabajo ha quedado por hacer. Hay que hacer un pacto a tres bandas y comenzar ya. El agua también se pierde en los pueblos y hay que invertir en evitarlo. 

¿Hay que interconectar cuencas? 

Si hacemos todo esto, no. 

El despliegue de las renovables está encallado y choca con la agricultura. ¿Qué hay que hacer? 

Hay que tener un modelo y prioridades. La filosofía de las renovables es que estén cuanto más cerca del consumo, mejor. Un parque solar en el Jussà para llevar energía a Barcelona pierde un 30% de la eficiencia. Tenemos que hacer la transición energética de forma justa y repartida entre todos los territorios. Quizás el decreto de renovables que tenemos no es el mejor ni da respuesta. 

¿Y el modelo comercial de Lleida?

 Sobre el plan de la estación: Lleida es la única provincia que no tiene un centro comercial. Queremos que el dinero se quede en Lleida. Si no haces un centro comercial, el público se irá a otros de fuera.