Illa gana, pero le tocará pactar

El PSC vuelve a ganar las elecciones catalanas y, por primera vez en la historia, lo hace en votos y en escaños, pero con 42 diputados (9 más que en 2021), Salvador Illa tendrá que pactar para formar gobierno y no lo va a tener fácil. El independentismo se ha desplomado y ha perdido la mayoría absoluta en el Parlament, pero Carles Puigdemont reafirma su liderazgo y pasa de 32 a 35 escaños, muy por delante de los 20 de Esquerra Republicana, que pierde 13, y de la CUP, que se queda con 4 (5 menos que en 2021). Puigdemont se postuló ayer para encabezar un gobierno soberanista. Tampoco lo tendrá fácil porque Pere Aragonès se mostró ayer partidario de quedarse en la oposición. 

Esquerra, a pesar del innegable batacazo, podría tener la llave de la gobernabilidad. Sus 20 escaños serían determinantes tanto en un hipotético gobierno independentista en minoría encabezado por Puigdemont como en la reedición de un tripartito liderado por Illa que sí que alcanzaría los 68 escaños necesarios para tener mayoría absoluta a pesar de que los Comuns se quedan solo con 6 diputados, 2 menos que en 2021. De nuevo será una empresa complicada.

Un panorama muy abierto y fragmentado en el que el Partido Popular de Alejandro Fernández remonta de manera espectacular y pasa de 3 a 15 diputados, Vox mantiene los 11 obtenidos en 2021, C’s desaparece del arco parlamentario, como vaticinaban todas las encuestas y la Aliança Catalana de Sílvia Orriols irrumpe en el Parlament con dos escaños, uno por Girona para la polémica alcaldesa de Ripoll y otro por Lleida para Ramon Abad. 

En la circunscripción de Lleida, que aporta 15 de los 135 diputados del Parlament, se ve clara esta atomización del voto, con seis formaciones con representación. Ha ganado Junts (5), aunque sin aumentar escaños. El PSC es la segunda fuerza con 4 (1 más que en 2021), ERC pasa de 5 a 3, el PP recupera la representación, Vox mantiene su diputado y entra Aliança Catalana. 

Por lo que respecta a la capital del Segrià, el triunfo ha sido de forma clara para el PSC, con más de 12.000 votos, seguido de Junts (más de 10.000) y el PP (más de 7.000). Esquerra ha quedado relegada a la cuarta fuerza con poco más de 6.000 votos. El fantasma de la repetición electoral vuelve a planear sobre el horizonte político catalán. Illa tendrá que pactar para evitar bloqueos. En el Congreso de los Diputados Pedro Sánchez logró que Sumar, BNG, ERC y Bildu, Junts, PNV y Coalición Canaria votaran a favor de la investidura del socialista en noviembre. En Catalunya también tocará hacer equilibrios. 

El PSC suma con Junts (78 escaños en total), pero no son aliados naturales, y menos después de que ayer Puigdemont apelara a acabar con la desunión del independentismo para forzar un gobierno soberanista. La aritmética parlamentaria también permitiría la reedición del tripartito entre PSC, ERC y Comuns (suman 68 escaños) pero Aragonès ya se ha desmarcado asumiendo que el voto de castigo a su gobierno le sitúa en la oposición. 

Cualquier otro posible acuerdo parece tener pocas opciones de prosperar. El PP ha quintuplicado su representación, pero no tiene suficiente fuerza para presionar y todos los partidos se han postulado a favor de ejercer un cordón sanitario a la ultraderecha de Vox, que aguanta, y a Aliança Catalana, que irrumpe, aunque con menos ímpetu del previsto. Habrá que esperar.