NUMEA
La revuelta de grupos independentistas en Nueva Caledonia atrapa a una joven leridana
Denuncia desatención por parte de la embajada española en Francia, que no se ha interesado ni por su estado de salud
Debía de regresar a España el pasado martes, pero todos los vuelos están cancelados
Cristina Siegrist, una joven veterinaria leridana que viajó al territorio insular francés de Nueva Caledonia, en el Pacífico sur el pasado 6 de mayo, ha quedado atrapada en el archipiélago debido a la revuelta iniciada a principios de semana por grupos independentistas contrarios a la ampliación del censo electoral aprobada por el Parlamento galo. Su intención era regresar a España el pasado día 14, tras de pasar unos días de vacaciones junto una amiga después de estar una temporada trabajando en Nueva Zelanda, pero todavía no ha conseguido hacerlo y denuncia que la embajada española en París no le está dando ninguna solución.
Vacaciones
Según explica Siegrist, coger un avión de vuelta le fue imposible, puesto que además de que el aeropuerto internacional de Numea permanece cerrado desde el martes, con todos los vuelos comerciales cancelados, también le ha sido imposible trasladarse hasta él desde la zona en la que se encuentra alojada, en Mont-Dore. “El día que tenía que coger el vuelo de vuelta no me dejaron pasar por la carretera, la policía tenía cortada la única vía que llega hasta Numea y me dijeron que volviera a mi alojamiento”, afirma. En ese momento contacto con la embajada española en París para solicitar ayuda para salir de la isla, pero hasta la fecha no le han dado ninguna solución, ni alternativa para hacerlo. “No han contactado conmigo ni para preguntarme como estoy o si tengo comida”, denuncia la joven, que agradece que la dueña del alojamiento en el que se estaba hospedando “le ha abierto las puertas hasta que se resuelva su situación”.
Siegrist compara su situación con la de la amiga que la acompaña, originaria de Nueza Zelanda, a la que la embajada de su país sí le está intentando dar solución a esta problemática. “Al menos ella está recibiendo respuesta, la llaman a diario para ver si le hace falta alguna cosa”, asevera.
Los disturbios, que han dejado ya cinco muertos, llevaron a Francia a decretar el estado de emergencia en el territorio, lo que ha complicado todavía más la estancia de la leridana. “Por las noche se escuchan muchas explosiones y tiroteos, además todo está cerrado, los supermercados abren como mucho un par de horas al día y se forman una colas muy largas. Además, me cuesta mucho llegar porque el más cercano lo tengo a un kilómetro y las carreteras están prácticamente intransitables”, explica.
El padre de la joven también ha intentado contactar con el consulado español en Francia, pero tampoco ha recibido respuesta. “Hemos pedido un puente aéreo o que la lleven a Nueza Zelanda en barco”, dice.
«No he recibido ningún tipo de respuesta por parte de la embajada, ni para preguntar si me encontraba bien»
«No sabemos cuando volverán a abrir el aeropuerto, y tampoco podemos salir en barco »
«Por las noches se escuchan tiros y explosiones y los supermercados abren dos horas al día»