Israel asesina al líder de Hamás y acerca a Oriente Próximo al abismo

Israel mató el martes al líder de Hamás, Ismail Haniyeh, con un ataque en Teherán (Irán), donde se encontraba de visita oficial para asistir a la investidura del reformista Masud Pezeshkian como presidente.

Medios iraníes apuntaron que el ataque se llevó a cabo por medios aéreos. “Estaba en una de las residencias especiales para veteranos de guerra en el norte de Teherán cuando fue asesinado junto a uno de sus guardaespaldas por un proyectil aéreo”, señaló la agencia de noticias local Fars.Haniyeh era el rostro de la diplomacia internacional del grupo islamista palestino, antes y después de la invasión israelí de Gaza tras los atentados de Hamás del pasado 7 de octubre.El Gobierno israelí reconoció la autoría del atentado con un mensaje en la cuenta en Facebook de su oficina de prensa, con una imagen de Haniyeh con el rótulo “eliminado”, aunquedespués fue eliminado. Oficialmente el Gobierno de Benjamín Netanyahu dijo que “no comenta” lo sucedido.Por su parte, las Brigadas al Qasam, el brazo armado de Hamás, aseguraron que el asesinato del líder político del grupo islamista es “un acto peligroso que lleva la batalla a un nuevo nivel y tendrá importantes consecuencias en toda la región”.El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas organizó una reunión urgente, a petición de Irán, para tratar la situación creada tras el asesinato del líder de Hamás. El régimen de Teherán prometió que el asesinato de Haniyeh merecerá una respuesta “que hará lamentar profundamente al perpetrador” de su muerte. Lo cierto es que los dos golpes que Israel ha propinado en las últimas horas a la jerarquía tanto de Hamás como de Hizbulá arrastran a Oriente Próximo al borde del abismo y abren múltiples escenarios en paralelo a la actual guerra en Gaza.Desde Europa, la UE recalcó su rechazo a ejecuciones extrajudiciales, asegurando que las partes en Oriente Próximo deben evitar una nueva escalada en la guerra en Gaza. Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró que su país no intervino en el asesinato.