ESNOTICIA
Muro humano, sombrero y una silla de ruedas
Maniobras de distracción perfectamente orquestadas permitieron que el expresident se zafara de los Mossos y pudiera desaparecer sin dejar rastro ni posibilidad de arrestarle
Unas maniobras de distracción planificadas al detalle, al abrigo del multitudinario acto de “bienvenida” que Junts y las entidades soberanistas organizaron para recibir a Carles Puigdemont fueron claves en su huida. Sin pistas de inteligencia, los agentes de paisano desplegados en la zona del Arc de Triomf lo vieron en el mismo instante que el resto de ciudadanos que seguía el acto por televisión. Rodeado en todo momento por sus seguidores, Puigdemont subió al escenario -cuyo backstage estaba protegido por unas vallas amarradas con bridas- y dirigió un breve discurso.
En cuanto terminó, abandonó rápidamente la tarima junto a Jordi Turull y a su abogado Gonzalo Boye y se adentró en la comitiva de cargos, que ese día habían renunciado a su escolta, que avanzaba hacia el Parlament. Los agentes de la Comisaría de Información desplegados en la zona de paisano intentaron acercarse, pero “una masa de personas configuró un muro” que les cerró el paso según el jefe de los Mossos, Eduard Sallent. Puigdemont aprovechó para deslizarse hacia una carpa próxima montada con motivo del acto, donde él y Turull se colocaron un sombrero de paja, idéntico al que usaban los miembros de la organización. Con rapidez se montaron en un turismo de color blanco -propiedad de un mosso que fue detenido- que llevaba una silla de ruedas sobre el asiento del copiloto, visible desde fuera, con lo que podía pasar por un coche de discapacitado con permiso para estacionar en una zona privilegiada. Emprendió la huida a toda velocidad perseguido por los Mossos. Al girar por el paseo Circumval.lació, un semáforo en rojo cerró el paso al vehículo policial y dio al expresident minutos de ventaja claves para asegurarse la huida, en una zona cercana a las rondas que permiten cruzar Barcelona a toda velocidad.