Miles de libaneses huyen de las bombas lanzadas por Israel, que no cesa su ofensiva

Israel continuó ayer con su ofensiva aérea sobre las fuerzas de Hizbulá en el Líbano, mientras miles de personas colapsaban carreteras y aeropuertos tratando de escapar del alcance de las bombas y los misiles, siguiendo con las recomendaciones del gobierno israelí.

Un día después de que una extensa oleada de ataques contra múltiples áreas del sur y el este del país dejara al menos 558 muertos, entre ellos más de 50 niños, y más de 1.800 heridos, el Ejército israelí volvió a bombardear la capital libanesa, Beirut, en un “ataque selectivo” que tenía como objetivo un comandante de Hizbulá, Ibrahim Muhammad Kabisi, a quien las fuerzas israelíes identificaron como el responsable de la unidad de misiles del grupo libanés. El estado judío aseguró que Kabisi murió en el ataque, así como cinco personas más. Poco antes de esta ofensiva, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que Israel seguirá atacando al grupo chií Hizbulá. “Seguiremos golpeando a Hizbulá. Y le digo a la gente de Líbano: nuestra guerra no es contra vosotros, es contra Hizbulá. Os dije ayer que evacuarais las casas donde hay metido un misil en el salón y un cohete en el garaje. Quien tenga un misil en su salón y un cohete en su garaje se quedará sin casa”, dijo el mandatario en un mensaje en vídeo. La milicia chií, por su parte, aseguró haber atacado varios objetivos militares israelíes, incluyendo una fábrica de explosivos, a 60 kilómetros al interior de Israel. La escalada del conflicto ha generado un éxodo masivo de libaneses que se han visto obligados a abandonar sus casas para buscar refugio en las zonas del sur y el oeste del país. Centenares de personas se agolpaban ayer en el aeropuerto de Beirut, el único operativo en todo el Líbano, para tratar de huir del país pese a las cancelaciones masivas de vuelos provocadas por los crecientes temores al estallido de una guerra abierta entre el grupo chií e Israel. También en las carreteras son continuas las colas de vehículos de aquellos que tratan de escapar de las bombas.

El primer ministro israelí promete acelerar los ataques contra Hizbulá y pide a los libaneses huir

El secretario general de la ONU, António Guterres, inauguró ayer la Asamblea de Naciones Unidas, con un discurso en el que advirtió que “el estado de nuestro mundo es insostenible”. Guterres señaló los tres males mayores que afectan actualmente al mundo son la impunidad, que se repite en todos los grandes conflictos actuales –en Gaza, Líbano, Ucrania o Sudán–; la desigualdad, que se agrava cada vez más entre los países y dentro de las fronteras de estos; y la incertidumbre que generan el cambio climático y una inteligencia artificial descontrolada. Sobre la impunidad, lamentó que un número creciente de países sientan que pueden violar la carta de la ONU y las leyes internacionales humanitarias, “invadir otro país, devastar sociedades enteras o ignorar olímpicamente el bienestar de su propia población”. La guerra el Oriente Próximo, avivada por los últimos ataques de Israel en el Líbano, centraron gran parte de las intervenciones en esta primera jornada de la Asamblea. El presidente de EEUU, Joe Biden, defendió que la “vía diplomática” es la mejor vía para detener la escalada de la violencia. “Una guerra a gran escala no interesa a nadie”, afirmó en la que será su última Asamblea de la ONU. Más contundente fue el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, que reclamó una alianza que detenga al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al igual que “la humanidad detuvo a Adolf Hitler”.

Meryl Streep: “ Un animal tiene más derechos que una mujer en Kabul”

Naciones Unidas se convirtió ayer en un amplificador de las voces que las mujeres afganas no pueden usar en su país debido a las restricciones que sufren, en un evento paralelo de la Asamblea General donde la actriz estadounidense Meryl Streep lamentó que en el país asiático hasta una ardilla goce de más derechos que una mujer. El pasado agosto, Afganistán aprobó una ley para la propagación de la virtud que obliga al uso del velo para cubrir el rostro y cuerpo de las mujeres y que condenó el sonido en público de la voz femenina. La actriz lamentó que en Kabul tengan más libertades “los animales que una mujer, ya que estos pueden tomar el sol en la calle, corretear por un parque o cantar, cosas que ellas no puede”, afirmó.