PANORAMA
“El impacto emocional es muy duro y es lo que costará más curar”
Explica uno de los voluntarios de Creu Roja, que ya ha enviado a una docena de leridanos a las zonas afectadas. Limpieza y reparto de alimentos a vulnerables
Un total de 12 voluntarios de Creu Roja Lleida, de los Equipos de Respuesta Inmediata de Intervención Psicosocial en Emergencias y de los Equipos de Respuesta Básica en Emergencias, se han sumado hasta ahora al dispositivo de la entidad para dar apoyo a los afectados por la dana en el País Valencià. El voluntariado ha participado en tareas de limpieza, reparto de alimentos y medicamentos a personas vulnerables y de apoyo psicosocial y atención sanitaria básica. David, Eva, Sisco, Manel, Marisol o José Luís son algunos de estos voluntarios. Ayer mismo partieron otros cinco desde La Noguera, Les Garrigues y el Pallars Sobirà. SEGRE habló ayer con Sisco, que destacó que “el impacto emocional en las personas afectadas es muy duro y la parte humana será lo que costará más curar”. Junto con otros voluntarios leridanos, ha estado en los municipios más afectados por la gota fría, como Albal, Paiporta, Catarroja, Aldaia, Benetússer y Massanassa.
“Impacta porque no es solo una calle, son todas, polígonos industriales enteros arrasados, todo son ruinas y fango y más fango”, explicó Sisco. Ya de regreso, relató que han estado trabajando “codo con codo” con los ciudadanos voluntarios y los efectivos de emergencias como bomberos, policías y Ejército, de los que destacó “no paran ni un momento de trabajar y están haciendo un trabajo increíble”. Según Sisco, lo que más les ha impacto es la parte emocional de la tragedia. “Los vecinos quieren hablar, sacar por lo que han pasado y que alguien les escuche”, aseguró. En este sentido, recuerdo a un hombre, de unos 70 años, que iba paseando a su perro por la calle y que, al acercarse para saludarles, rompió a llorar. “Nos explicaba por todo lo que pasó el día de la riada, que tuvo que salir corriendo y que el perro se salvó porque se subió a un colchón que flotó sobre el agua. Para él, ese perro es toda su vida”, relató. También recordó que fue junto a dos compañeros al domicilio de una persona mayor que vivía sola. “Estuvieron una hora arriba con ella y, cuando bajaron, no paraban de llorar, imagínate cuál era el drama de esa mujer”, dijo. De hecho, señaló que muchas personas mayores y con movilidad reducida no han podido salir de sus casas desde la dana. “Te abrazan, te dejan notas de agradecimiento, la generosidad es increíble”, remarcó.
Barro hasta los tobillos en calles de la zona cero de Paiporta
En la calle Lepanto de Paiporta el barro aún llega por los tobillos 13 días después de que esta localidad valenciana se inundara por la dana que azotó algunas comarcas de la provincia, pero no es la única vía, ni mucho menos, ni el único pueblo en estas circunstancias.Miembros de diferentes cuerpos de seguridad o de contratas, voluntarios y vecinos siguen aún sin saber dónde pisan, con un palmo de fango que en algunos sitios aún es más grande porque no deja ver ni la acera ni el final de este drama. “En esta manzana está todo igual”, explicóMaría José Miravet, desde su puerta. “Aquí el agua entró casi hasta el techo en las casas y fuera teníamos cinco coches. Luego estaba todo lo que sacamos de las casas. Ahora queda el barro, en comparación no estamos tan mal”, asume resignada.