La cumbre del G20 acaba sin acuerdos sobre las guerras e impuestos a los ricos

La cumbre del G20 en Brasil terminó ayer sin acuerdos sobre la guerra en Ucrania y Gaza, ni avances para reformar el sistema multilateral. En la declaración final, los líderes de las grandes economías mundiales reconocieron que la ayuda humanitaria a los palestinos es “urgente” y defiendieron un “alto foco amplio” en Gaza y el Líbano. Sobre Ucrania, camino de cumplir tres años bajo la invasión rusa, apoyaron una “paz duradera”, pero evitaron condenar a Rusia, que forma parte del club, aunque su presidente, Vladímir Putin, no acudió al encuentro. Como país amfitrión, Brasil propuso un impuesto a los “superricos”, pero la declaración no recoge ningún compromiso al respecto. Las grandes economías mundiales solo se comprometen a “intentar colaborar para garantizar que las personas con un patrimonio ultra alto” paguen impuestos de forma “efectiva”. “La cooperación podría implicar el intercambio de buenas prácticas, el fomento de debates acerca de los principios fiscales y la elaboración de mecanismos contra la elusión”, detalla el texto acordado ayer.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quiso destacar en la clausura de la cumbre el lanzamiento de la Alianza contra el Hambre y la Pobreza, y el inicio de las discusiones para la creación del impuesto a los superricos.