ENTREVISTA IGUALDAD
La periodista Khadija Amin: «La comunidad internacional ha olvidado a las mujeres afganas»
Esta periodista huyó de su país tras la vuelta del régimen talibán y explica en Lleida su experiencia
Se casa forzosamente, se divorcia, decide estudiar periodismo y viene a España sin sus hijos, dejando todo atrás. ¿Qué significa para usted dar voz a tantas mujeres afganas?
Mi familia me obligó a casarme con un hombre al que no conocía. Yo no quería y tampoco estaba preparada para el matrimonio, pero al final accedí y conviví con él seis años. Me maltrataba y no me permitió estudiar. Logré reunir el coraje para divorciarme, lo que en mi país no está bien visto, y me arrebataron a mis hijos. Entonces decidí estudiar periodismo para dar voz a lo que tantas otras mujeres afganas están sufriendo y poder ayudar. La situación bajo el régimen talibán es insostenible, y es importante dar visibilidad a lo que está ocurriendo. Si no, todo quedará en el olvido.
¿El yugo del régimen afecta a la salud mental de niñas y mujeres?
Las mujeres en Afganistán están sometidas a un aislamiento social absoluto. Durante el primer régimen de los talibanes yo iba a clase de forma clandestina, porque Afganistán es el único país del mundo que prohíbe a las mujeres estudiar. Ellas no pueden ni siquiera salir, nadie las escucha y están perseguidas por el hecho de ser mujeres. Muchas incluso llegan a suicidarse porque no ven otra salida.
Pero no lo perdió todo, aún le queda la voz.
Yo empecé tres veces de cero. Hay quien me ve como un referente para otras mujeres afganas, pero siempre digo lo mismo: el mensaje es muy claro. Nosotras tenemos derecho a decidir y a hacer cosas, pero no siempre tenemos el apoyo que necesitamos, a menudo incluso por parte de tu familia o conocidos. Debemos empoderarnos, hacernos a nosotras mismas. Es difícil, sí, pero no imposible.
¿La comunidad internacional ha hecho suficiente para proteger a las mujeres afganas?
No, las ha abandonado. Llevamos tres años (desde el regreso de los talibanes al poder) viendo lo que está ocurriendo y nadie hace nada. Están llevando a cabo un ‘apartheid’ de género, nos torturan y no nos dejan hacer nada por el simple hecho de ser mujeres. A menudo da la sensación de que estamos solas en esta lucha. En ocasiones se habla de Afganistán, pero hay otras guerras que tal vez parecen más importantes. La muerte de Mahsa Amini en Irán en 2022 ha ayudado a concienciar de la situación que sufren muchas mujeres, pero ni así la comunidad internacional reacciona. Tras la llegada de los talibanes al poder pensaba que esto terminaría en unos meses, pero no ha sido así.
¿Qué sería lo primero que haría si pudiera volver a casa en condiciones seguras?
Luchar para presentar el informativo de las noches en la televisión afgana. Es algo que quería hacer cuando estaba estudiando, pero la vuelta del régimen lo cambió todo. También me gustaría ser presidenta de Afganistán (dice entre risas) para cambiar las cosas. Una mujer puede cambiarlo todo.
¿Qué expectativa de futuro tiene para Afganistán? ¿Es optimista?
Por ahora no veo un futuro claro para las mujeres afganas. No hay que perder la esperanza, hay que seguir luchando para lograr una sociedad justa. También quiero que algún día mis hijos se sientan orgullosos de mí y de la lucha de las mujeres.
¿Cómo colaborar con la causa?
Impulsamos la fundación Hope of Freedom para crear una escuela en línea que permita a las niñas de mi país estudiar desde allí. También queremos vender aquí productos artesanales elaborados por mujeres afganas. Ellas también merecen una oportunidad.