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ORIENTE PRÓXIMO CONFLICTO

Siria reabre escuelas tras una semana de la caída de Asad

Las nuevas autoridades prometen respeto a los Derecho Humanos. La ONU inicia contactos con el gobierno de transición

Unas mujeres caminan junto a la valla entre Israel y Siria. - EFE

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Las escuelas de Siria reabrieron ayer sus puertas para reiniciar las clases, una semana después de que una coalición de yihadistas y rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS) derrocaran al régimen de Bachar al Asad, quien huyó el 8 de diciembre del país con destino a Rusia. Las nuevas autoridades prometieron trabajar para restaurar la normalidad en el país tras la caída del régimen de Al Asad y formularon garantías a la comunidad internacional sobre el respeto de los Derechos Humanos de la población, ante el temor de represalias contra miembros de diversas minorías étnicas y religiosas. Mientras, el enviado especial de la ONU para el país árabe, Geir Pedersen, llegó a Damasco en la primera visita de un responsable internacional bajo el nuevo Gobierno de transición. Pedersen, que llegó a Damasco procedente de Jordania, donde el sábado obtuvo un inequívoco apoyo a su trabajo en Siria por parte de los jefes de las diplomacias de Estados Unidos, Francia, Turquía y de la Unión Europea, y sus homólogos de ocho países árabes durante una reunión en la ciudad de Aqaba, señaló a su llegada a la capital siria que el cambio que se está viendo “tras la caída del régimen de Asad ha sido inmenso y, por supuesto, ese cambio en sí mismo crea grandes esperanzas, pero todos sabemos que todavía tenemos muchos retos por delante”. Desde el derrocamiento, se ha iniciado una transición en Siria en la que actualmente está Mohamed al Bashir como primer ministro en funciones hasta el próximo marzo, así como el líder de la coalición insurgente, Ahmed al Charaa, como el “hombre fuerte” del país.

Del depuesto presidente sirio, que encontró refugió tras su huida en Rusia, todavía no se ha sabido ninguna noticia sobre su estado y el de su familia. Aunque fue el Kremlin el que confirmó la presencia de Al Asad en territorio ruso, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, ha esquivado hablar del tema, ya que una palabra de más podría poner en peligro el futuro de sus bases militares en el país árabe.

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