El CNI se entrevistó con el imán de Ripoll y descartó que fuera un riesgo

La documentación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) desclasificada por el Consejo de Ministros del pasado 23 de diciembre sobre los atentados yihadistas del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y remitida a la comisión del Congreso que investiga esos ataques incluyen varios informes del centro que constatan la desconfianza de los agentes que le trataron hacia el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty, al que no conceden “ninguna fiabilidad”. Además, consideraba que no era en ningún caso un riesgo o una amenaza para la seguridad.

El CNI le entrevistó en tres ocasiones en 2014, mientras estaba en prisión en la cárcel del Castellón por tráfico de drogas, para sondear qué sabía exactamente sobre los detenidos en uns operación antiyihadista en Catalunya en 2006 y que acabaron siendo puestos en libertad. También le entrevistaron para conocer qué información podía tener sobre el “ámbito radical o terrorista”. “En todo momento la actitud de Es Satty es de desconfianza hacia sus interlocutores. Es preciso mantener una gran cautela. Es un individuo del que no se tiene ninguna fiabilidad y confianza”, apostilla el CNI en su informe.

Tras salir de prisión, el 29 de mayo de 2014, el CNI sometió a Es Satty a un nuevo control y a seguimientos y vigilancias durante siete meses, hasta diciembre. Durante ese tiempo, “no se observaron conversaciones, actividades o contactos que permitieran deducir la existencia de un plan para ejecutar ataques terroristas en España ni en ningún otro sitio, que formara parte de ninguna organización terrorista ni ningún proceso de radicalización hacia postulados cercanos al Daesh o a cualquier otro grupo terrorista”, según los documentos.

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, reaccionó con un “miserables” a los documentos del CNI sobre el imán de Ripoll. “Teníamos razón, el cerebro de los atentados de Barcelona y Cambrils en agosto de 2017, mes y medio antes del referéndum de independencia de Catalunya, tenía tratos con los servicios secretos españoles. Lo conocían perfectamente. Bajo la alfombra de los secretos, el Estado esconde mucha mierda”, destacó Puigdemont en un apunte en X, antiguo Twitter.