POLÍTICA NEGOCIACIONES
El Congreso congela la cuestión de confianza que Junts exige a Sánchez
El Gobierno espera así tener más tiempo para negociar y evitar la ruptura. Los juntistas reúnen hoy a su plana mayor en Bruselas para analizar futuros pasos
La Mesa del Congreso de los Diputados decidió ayer volver a posponer por segunda vez su decisión sobre la admisión a trámite de la proposición no de ley de Junts en la que pide a Pedro Sánchez someterse a una cuestión de confianza. De esta manera PSOE y Sumar evitan por ahora el choque con los de Carles Puigdemont y se dan tiempo para seguir negociando y tratar de evitar la ruptura. La decisión de la Mesa de seguir estudiando la iniciativa se produjo tras intensas negociaciones por parte del Gobierno de coalición con los juntistas, contactos que se apuraron hasta los minutos previos al inicio de la reunión y después de que estos últimos amenazaran con dejar caer al Ejecutivo.
El Gobierno ha avisado en varias ocasiones de que la cuestión de confianza es una prerrogativa del presidente del Ejecutivo, por lo que no puede partir de una petición de un grupo parlamentario. Por su parte, Junts ha advertido en los últimos días de las consecuencias que tendría rechazar su proposición no de ley, en un momento en el que hay sobre la mesa varios asuntos a negociar, como los presupuestos generales del Estado de 2025.
El líder del PP acusa a Sánchez de “huir” y asegura que lidera una legislatura que es “ingobernable” Puigdemont y Junqueras se marcharon de la reunión en un coche con matrícula 1-O 2017
Sobre la decisión de posponer la cuestión de confianza, fuentes de la Cámara apuntan que la iniciativa “se deja en estudio” sin fecha concreta, y se seguirá “analizando” en las próximas semanas porque crea precedente. Añaden también que, a efectos prácticos, este aplazamiento no tiene impacto porque Junts no dispone de cupo para someter ninguna iniciativa al pleno del Congreso hasta mediados o finales de febrero, y por tanto “no hay prisa” por resolver la cuestión de la tramitación. Pero lo cierto, es que tanto el PSOE como Sumar reconocen que la solución a este petición pasa ante todo por una vía política que haga posible mantener la mayoría de la investidura, más allá de la necesidad de encontrar un encaje jurídico a esta cuestión. En este sentido, el secretario primero de la Mesa, Gerardo Pisarello, también portavoz de los Comuns en el Congreso, señaló que no saben aún cuál puede ser “la fórmula jurídica” para permitir esta iniciativa y que por eso “debe seguir estudiándose”. Esas, añadió “son las razones jurídicas, pero obviamente no puedo esconder que también hay razones políticas. Hay un debate político abierto, hay una voluntad de negociación explícita que nosotros consideramos que es necesaria y que es buena”, añadió. Pisarello incidió en que junto a la “legalidad parlamentaria” está “la convicción de que hay que mantener la mayoría de la investidura”, de la que forma parte Junts. “Vamos a estudiarlo jurídicamente, pero mientras tanto vamos a hacer todo lo posible para que los socios de investidura tengan confianza en este Gobierno. Y si para eso hay que discutir el despliegue de la amnistía en un sentido político, nos parece legítimo”, afirmó.
La respuesta de Junts a esta decisión se espera hoy, después de que Puigdemont se reúna el Bruselas con la plana mayor de su partido para analizar los futuros pasos de la formación. Y es que lo cierto es que por ahora no se han cumplido las condiciones que Puigdemont puso sobre la mesa para seguir apoyando al Gobierno. No se ha cerrado el traspaso de las competencias en inmigración, tampoco se ha conseguido la oficialidad del catalán en la UE, y, por ahora, se veta la cuestión de confianza.
Quien sí se pronunció al respecto fue el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que afirmó que “es muy revelador que Sánchez huya de que el Congreso pueda votar sobre una moción de confianza” y afirmó que “estamos ante una legislatura ingobernable”.
Puigdemont y Junqueras abren una etapa de deshielo
El presidente de Junts, Carles Puigdemont, y el de ERC, Oriol Junqueras, iniciaron ayer una etapa de deshielo en sus relaciones, con una reunión en Waterloo en la que acordaron impulsar “espacios de trabajo coordinado” sobre “objetivos compartidos y recuperar la fuerza y la iniciativa del movimiento independentista”. Así lo afirmaron ambos tras el encuentro en la residencia belga de Puigdemont y al que asistieron asimismo el secretario general de Junts, Jordi Turull, y la secretaria general de ERC, Elisenda Alamany. “Este encuentro se enmarca en la necesaria e imprescindible relación entre dos partidos independentistas que, pese a las diferencias, tienen muchos objetivos compartidos”, señalaron. A su llegada a la reunión, Junqueras afirmó que busca tener con Junts una relación “fluida, educada y lo más productiva posible en beneficio de Catalunya”. Por su parte, el líder de Junts señaló que “para reconducir la situación” del movimiento independentista “hace falta mucho trabajo por parte de todo el mundo”, y se comprometió a “asumirlo” pese a sus “discrepancias” con ERC. La reunión, la primera desde que Puigdemont y Junqueras recuperaron los cargos al frente de sus respectivos partidos, llega en un momento en que ambas formaciones se encuentran más alejadas que nunca.