La mejora continua es básica para nuestro negocio

Consolidadas como en motor agroalimentario, las tierras de Lleida son también punta de lanza en la distribución de delicias gastronómicas como las setas y las trufas. Dos productos servidos por el Laumont, con sede central en Tàrrega. Tres millones de kilos de setas y 25.000 de trufas comercializadas al año, 3.000 clientes atendidos y más de 30 países donde exportan dan fe de la potencia de la firma, a cuya expansión ha contribuido BBVA. Al fin y al cabo, lo explica el Managing Director, Joan Casals.

¿Qué es Laumont?

Somos una empresa mayorista de trufa y setas con más de 30 años de historia, que selecciona y entrega el producto a los clientes de todo el mundo. Disponemos de cinco puntos. Por una parte, la sede central a Tàrrega y de la otra, una fábrica en Valladolid, que son centros de selección y procesamiento ubicados en sitios estratégicos próximos a las zonas de recolección. De la otra, tenemos puntos de venta a los tres principales mercados mayoristas de España, Mercabarna, Mercamadrid y Mercabilbao. Disponemos de un equipo integrado por 40 personas y nuestra facturación ronda los 22 millones de euros al año.

El 70 por ciento de nuestra distribución es de setas, frescos, congelados y deshidratados, y el 30 por ciento de trufas. De este último producto, exportamos un 95 por ciento por todo el mundo, en mercados como los Estados Unidos, México, Dubái, Japón o Europa. Con respecto a las setas, nos movemos fundamentalmente por el mercado nacional, ya que al distribuir por los tres principales mercados de productos frescos nos permite llegar en el menor tiempo posible y garantizando la máxima conservación del producto. En setas, el 80% son frescos y un 20% congelados o conserva.

¿Algún proyecto en cartera?

Abrir nuevas sedes no, dado que el año pasado abrimos la factoría de Valladolid, que trabaja bajo la certificación de seguridad alimenticia de la IFS. En setas, trabajaremos en nuevos formados.

La innovación es esencial, pues..

Estamos modernizándonos, apostamos por la investigación y desarrollo. La mejora continua es básica para nuestro negocio. De hecho, en el Estado somos la principal empresa del sector y con respecto a las trufas, somos una de las cuatro primeras empresas de ámbito mundial. En algunos mercados donde ya hemos accedido, buscamos consolidarnos, con el fin de ir creciendo. Entre una cosa y otra, nos tenemos que adaptar a nuestro cliente. Como mayoristas que somos, el cliente final acaba siendo el usuario del restaurante.

¿Cuál es la clave de vuestro éxito?

Una mezcla de más de 30 años de trayectoria profesional con una innovación continua y un equipo humano muy importante. Los recursos humanos son claves. Tenemos que garantizar calidad de servicio, un compromiso con la excelencia.

¿La crisis económica os ha pasado factura?

Tenemos una trayectoria buena, con un incremento progresivo de la facturación. Nos hemos sabido adaptar en el mercado, ya que ha cambiado el tipo de negocio. Aunque los tiempos han sido difíciles, el cierto es que no hemos tenido pérdidas, tal vez porque hemos sabido ser más competitivos.

BBVA os ha dado apoyo en la expansión de vuestro negocio. ¿En qué ha consistido?

Ha sido un apoyo tanto de orden financiero como operativo. Siempre hemos tenido un apoyo muy importante por parte de la entidad, tanto con respecto a las operaciones de impoexpo como para moverse en el mercado interior. Siempre nos ha ayudado cuando nos ha hecho falta. En este sentido, en la puesta en marcha de la factoría de Valladolid han contribuido a financiar la inversión.

¿Según vuestra opinión, qué papel juega la financiación exterior? ¿Sin él, habría sido posible salir adelante?

Habría sido mucho más difícil. Por ejemplo, en el caso de un producto como las setas, estamos obligados a disponer de un stock elevado, pero se tiene que financiar de alguna manera.