Hacia una transición justa

La batalla por la descarbonización es de largo recorrido y como cualquier lucha por un bien común puede encontrar, y lo hace, piedras en el camino. Una de ellas es la pobreza energética, que implica un riesgo a la hora sumar a toda la sociedad al proyecto de la transición hacia la producción de energía renovable. De ahí la importancia de una transición energética justa que permita el acceso a ella de que todas las familias, con independencia de su nivel de renta.

La situación económica y política actual no facilita esta integración y ha llevado a que las administraciones refuercen el apoyo a los más vulnerables en este contexto. Una de las fórmulas fue el acuerdo de marzo de 2021 entre Generalitat y Endesa de condonar la deuda de miles de familias catalanas con la eléctrica por facturas pendientes. Este gran pacto debe beneficiar en Catalunya a unas 35.500 familias vulnerables, de las que al menos 2.700 son de las comarcas de Lleida. La otra medida se centra en el bono social, que ha sido recientemente reformulado de modo que ha ampliado el espectro de beneficiarios que pueden acceder a estos descuentos.

DESCONOCIMIENTO Más de la mitad de los posibles usuarios del bono social lo desconocen

Pese a sus ventajas, “nos encontramos con que no todos los clientes que disponen de un Informe de Riesgo de Exclusión Residencial (IRER) han solicitado optar al bono social”, señala Miquel Funes, director de Atención al Cliente de Catalunya de la compañía. De hecho, en Catalunya “solo el 33% de las familias vulnerables con IRER disfrutan del bono social”, explica. Organizaciones de consumidores coinciden en que al menos la mitad de los potenciales usuarios del bono social eléctrico lo desconocen. Su reforma, el pasado mes de octubre, ha introducido cambios como la inclusión de una nueva categoría de beneficiario, que son las familias con bajos ingresos. Se sumarán a los otros usuarios posibles que son las familias numerosas y las monoparentales, los pensionistas, los vulnerables y los perceptores de un ingreso mínimo vital. Actualmente, la compañía tiene en Lleida 6.400 clientes adheridos al bono social con rebajas en la factura eléctrica de entre el 65 y el 80%.

“Intentamos asesorar muy bien a las familias sobre su mejor tarifa”

Miquel Funes.

El aumento del número de familias vulnerables se ha sumado en los últimos meses a un incremento importante de los precios y a cambios regulatorios de la factura eléctrica (compensaciones por el tope del precio del gas) que han disparado también el número de consultas en las oficinas de Endesa de clientes preocupados por la factura a final de mes. Especialmente ha sido así en los dos últimos meses, a las puertas de lo que se prevé que sea un invierno duro para las familias. “Intentamos asesorar muy bien a los clientes para que se acojan a la mejor tarifa en cada caso. Si se trata de familias vulnerables, las dirigimos hacia el bono social”, explica Miquel Funes, director de atención al cliente de Endesa en Catalunya. La compañía eléctrica puede tramitarlo, si bien es el Gobierno central el que lo concederá. “Hay descuentos muy importantes que pueden llegar al 80% de la factura, con un límite de consumo, y hay que aprovecharlos”, señala. El usuario está protegido ante los cortes del suministro de luz por impago. Tanto las compañías como la administración coinciden en hacer un llamamiento a la responsabilidad en el consumo y en la dinamización de la contratación del bono social por parte de las familias vulnerables.

Las entidades sociales también promueven la eficiencia energética

Ester Catalán.

Las entidades sociales se han volcado en ayudar a los usuarios que están notando especialmente la crisis energética y, entre otras medidas, llevan a cabo numerosas actuaciones para promover la eficiencia y rebajar la factura al cabo del mes. Un ejemplo es Creu Roja Lleida, que el año pasado puso en práctica 451 intervenciones, con un total de 231 usuarios beneficiarios, dentro del programa de promoción del ahorro energético. Ester Catalán, técnica de Creu Roja Lleida, explica que este proyecto incluye desde el pago directo de suministros o de electrodomésticos a estudios de eficiencia energética de los hogares y talleres para fomentar el ahorro de luz y gas, que “tienen una elevada demanda y entre 15 y 20 participantes”. El volumen de consultas de usuarios va en aumento y la mayoría está en “situación de extrema pobreza. La situación preocupa. A diario solemos atender a unas seis o siete personas en primera acogida y a otras cinco o seis en seguimiento”, explica Catalán. Casi todos están en situación de pobreza energética y la entidad les asesora, les explica en qué consiste el bono social y les remite al ayuntamiento de donde son vecinos para tramitar un certificado de exclusión social.

LOS DATOS 6.500 beneficiarios En Lleida hay 6.500 familias que se benefician del bono social, una cifra que podría dispararse si la información sobre esta ayuda llegara a todos los hogares. 1.300 renovaciones De los usuarios del bono social, un total de 1.300 hogares se han beneficiado de la renovación automática de este descuento. Vulnerables y de otros En Lleida, un 53,17% de los beneficiarios del bono social son personas vulnerables según su nivel de renta. Otro 41,56% son familias numerosas o monoparentales y el resto, pensionistas o repectores del ingreso mínimo vital. ¿Quién puede pedirlo? Pueden acceder al bono social familias con documento que acredite su vulnerabilidad, pensionistas, familias numerosas y monoparentales, beneficiarios del ingreso mínimo vital y afectados por la crisis de la pandemia y por la crisis energética. Otros requisitos Los beneficiarios deben tener contratada una tarifa regulada o PVPC con una potencia menor a los 10 kw en la vivienda habitual. Las comercializadoras lo pueden solicitar para el cliente.