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Ver bien para disfrutar de la lectura
23 de abril · Día Internacional del Libro
Leer es una afición para la que tener una buena vista es imprescindible. Por eso, cuidar la salud de nuestros ojos debe ser una prioridad si queremos disfrutar del placer de la lectura a lo largo de nuestra vida. De ello, nos habla el Dr. Nuno Moura, oftalmólogo especializado en córnea, cataratas y cirugía refractiva de la clínica IMO Grupo Miranza.
Probablemente, la hipermetropía es el defecto refractivo que más afecta al hábito de leer, ya que se caracteriza por una mala visión cercana. En este sentido, según el Dr. Moura: “Se calcula que afecta a, aproximadamente, el 10% de la población y en su aparición hay un importante componente hereditario, ya que si los padres la padecen es más probable que los hijos también”.
Hipermetropía y vista cansada
Además, con la edad, especialmente a partir de los 45 años, la hipermetropía suele agravarse por la vista cansada o presbicia, ya que en ambas condiciones se ve afectada la visión cercana. No obstante, “no debemos confundirlas porque surgen por diferentes causas. Mientras que la hipermetropía se debe a que el globo ocular es menos largo de lo normal, la presbicia surge por el envejecimiento de una lente natural llamada cristalino y que nos permite enfocar correctamente”, explica el oftalmólogo.
En los casos en los que la persona que padece hipermetropía o vista cansada, así como otros problemas de refracción como la miopía o el astigmatismo, desea prescindir de las gafas, hay multitud de técnicas que el oftalmólogo individualiza, según el estilo de vida del paciente, así como de otras características, como la anatomía del propio ojo o las dioptrías. Para ello, “contamos con técnicas avanzadas de cirugía refractiva que nos ofrecen muy buena calidad visual tras la operación, como la cirugía refractiva láser o el implante de lentes intraoculares. Por lo que se refiere a estas últimas, generalmente, utilizamos las llamadas Premium porque, además, la incisión para implantarlas es mínima (unos 2 mm) y esto las hace más seguras, disminuyendo la posibilidad de que haya complicaciones”, apunta el Dr. Moura.
Evitar el ojo seco
Otro punto que no debemos perder de vista es que cuando leemos, reducimos la frecuencia de parpadeo, especialmente, si lo hacemos utilizando la pantalla de libros electrónicos, así como de tabletas o teléfonos y esto puede provocar cuadros de sequedad ocular o agravar la enfermedad del ojo seco, en el caso de que ya la padezcamos. Según aclara el experto: “Esto suele ocurrir unido al Síndrome Visual Informático (SVI), que resulta del sobreuso de estos dispositivos y cuyos principales síntomas son la sequedad ocular, problemas de enfoque o cansancio ocular”. Para evitar que aparezca, el oftalmólogo aconseja ajustar el contraste de la pantalla: generalmente, los fondos de pantalla blancos con letras oscuras suelen ofrecer mayor comodidad visual y mejor con poco brillo. Asimismo, la iluminación del espacio influye, ya que, con poca luz, debemos forzar más la vista, favoreciendo el cansancio visual. Por último, el Dr. Moura aconseja seguir la “regla 20-20-20” cuando usamos pantallas: “Cada 20 minutos, debemos enfocar la vista lejos de la pantalla durante 20 segundos a una distancia de 20 pasos, que son unos 6 metros”. Sin embargo, el oftalmólogo advierte que el ojo seco va mucho más allá de un cuadro de sequedad ocular. Es una enfermedad cada vez más frecuente, que se debe a múltiples factores y que se estima afecta, actualmente, al 30 % de la población. Por eso, “no debemos minimizar sus síntomas, ya que, si se agravan, en algunos casos, se pueden ver afectadas otras partes del ojo. Ante cualquier molestia, mi recomendación es acudir al oftalmólogo para una exploración y un estudio del ojo seco, si lo valora necesario”, concluye el Dr. Moura.
Niños: cuando el desinterés por la lectura oculta una mala visión En ocasiones, los más pequeños no muestran interés por la lectura y esto puede tener su origen en un problema de la vista. De hecho, la hipermetropía es también el defecto refractivo más común durante la infancia, ya que la mayoría de los niños nacen hipermétropes. Esto se debe a la llamada hipermetropía fisiológica, que suele corregirse por sí misma y naturalmente durante los primeros años de vida. No obstante, si la hipermetropía es muy alta o afecta de forma desigual a los ojos, puede causar un ojo vago (ambliopía). Se caracteriza por el hecho de que el niño utiliza más el ojo con el que ve mejor, haciendo que el que tiene mayor graduación no se desarrolle correctamente. Sin el tratamiento adecuado antes de los ocho años, la ambliopía se mantiene irremediablemente durante la vida adulta. Por eso, es crucial detectar a tiempo cualquier alteración visual para que los más pequeños de la casa puedan disfrutar de una buena visión y cultivar, desde edades tempranas, buenos hábitos como la lectura.
IMO Grupo Miranza
Tel. 93 400 07 00