Oler el sol y el mar desde el Port de Barcelona
Nace la rambla del antiguo "Rompeolas"
En el rompeolas aún se huele el sol. Así lo cantaba Loquillo hace cerca de cuatro décadas en la canción que se convirtió en un himno para la juventud rebelde que veía en el mar un símbolo de libertad. Aquel rompeolas era el antiguo “Rompeolas” que quedó desmenuzado con la apertura de la nueva bocana del Port de Barcelona a principios de la década de los 2000, un rompeolas que ahora vuelve a ser una realidad y que se ha convertido en un nuevo balcón desde donde barcelonesas y barceloneses tienen el mar en la mano.
Hace pocos meses, el Port de Barcelona culminaba la urbanización del área de la Nueva Bocana poniendo en servicio la Rambla del antiguo "Rompeolas" y del edificio Mirador, dos actuaciones en las que Marina Vela, concesionaria de este ámbito, ha invertido cinco millones de euros. Veinte años después de la apertura de la bocana norte del recinto portuario, el Port de Barcelona ha abierto un nuevo balcón al mar accesible a todo el mundo. Y no sólo de forma figurada. El diseño del edificio Mirador hace que este sea un marco a través del cual se accede a unas vistas hasta ahora inéditas de la ciudad y del Mediterráneo.
La construcción de esta Rambla, que ocupa la traza del antiguo dique conocido con este nombre, y del edificio Mirador ha comportado la creación de una ruta cultural consistente en una serie de elementos que explican la historia del antiguo "Rompeolas" y su importancia para la ciudad, desde 1914 hasta la apertura de la nueva bocana, invitando a la reflexión de lo que supuso este lugar del Port que todavía hoy se mantiene en el imaginario colectivo de los ciudadanos.
Esta ruta cultural se extiende también a las zonas de los alrededores de la Nueva Bocana, concretamente en la plaza Rosa Dels Vents y el paseo del Nou Trencaones, para integrar todo el espacio, con paneles expositivos, grabados de poemas y textos de autores catalanes y otros elementos singulares.
Ubicados al final del barrio de la Barceloneta, estos espacios son accesibles por vía terrestre y a partir de julio lo serán también por mar, una vez esté operativo el nuevo servicio de bus náutico con parada en la nueva estación marítima de los antiguos Tinglados del Port, unos edificios de valor histórico que están siendo rehabilitados y que tendrán usos culturales.