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EN COLABORACIÓN CON PATRONAT DE TURISME DE TARRAGONA

Terres de l’Ebre, un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y el turismo activo

Las Terres de l’Ebre son un destino único que merece ser descubierto

Espectaculares reflejos junto a la pasarela de la playa del Trabucador.PATRONAT DE TURISME DE TARRAGONA

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Las cuatro comarcas del sur de Catalunya, donde el río Ebro desemboca en el mar, están reconocidas desde hace más de diez años como Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Una distinción que pone el foco en los importantes recursos naturales y paisajes de esta región, y en el buen hacer de sus habitantes para conservarlos y hacer posible un desarrollo sostenible.

Es una Reserva de la Biosfera marítimo-terrestre que destaca por su heterogeneidad y gran diversidad de ambientes, siendo una de las más extensas de toda España, con un total de 367.729 hectáreas.

Un amplio mosaico de paisajes y de entornos naturales tranquilos, ideales para desconectar, adentrarse y dejarse llevar en la naturaleza, disfrutar de todo tipo de actividades y dar rienda suelta a la práctica de deportes al aire libre.

Uno de los espacios más característicos es sin duda el Delta del Ebro. Constituye uno de los mayores y más importantes humedales del Mediterráneo occidental, con una gran biodiversidad y espacios singulares como las lagunas litorales de la Tancada y la Encanyissada o la barra del Trabucador; y más de 150 especies de aves que lo convierten en un paraíso para los amantes del birdwatching. Un gran número de miradores permite observar de cerca las aves y la naturaleza en todo su esplendor, con especies emblemáticas como el flamenco o la gaviota de Audouin.

Unas de las mejores opciones para recorrer y conocer todos los rincones del Delta es la bicicleta. Existe una extensa red de caminos para pasear sin prisa entre lagunas y arrozales, en unas rutas aptas para toda la familia. Por las características de estos caminos, el Delta también supone un lugar ideal para el gravel, modalidad en auge del ciclismo de aventura.

Existe una extensa red de caminos para pasear
sin prisa entre lagunas y arrozales, en unas rutas aptas para toda la familia

A pocos kilómetros de distancia encontramos el Parque Natural dels Ports, con el Mont Caro (1441 metros) como pico más alto. La zona ofrece unas rutas y paisajes espectaculares donde practicar senderismo, el ciclismo de carretera, BTT o la escalada y el barranquismo, y observar especies de interés como la cabra salvaje o el buitre, en entornos únicos como las Rocas de Benet, que inspiraron a Picasso en su estancia en Horta de Sant Joan.

Y para completar la experiencia en el territorio, nada mejor que disfrutar de su rica gastronomía, con productos agroalimentarios de gran calidad, y de sus vinos con denominación de origen (DO Terra Alta), cada vez más apreciados a nivel nacional e internacional. Todo ello, teniendo la posibilidad de descansar en una red de establecimientos de lo más variado, des de campings en medio de la naturaleza a casas rurales o hoteles con encanto.  

Actividades náuticas para toda la familia

La extensa costa de las Terres de l’Ebre cuenta con todo tipo de playas, desde las pequeñas calas cristalinas de L’Ametlla de Mar y el Perelló a las extensas playas de arena del Delta. Una manera de conocerlas es recorriendo el sendero litoral GR-92, que permite admirar la costa de la comarca del Baix Ebre. En L’Ametlla, además, se encuentra el mayor prado de posidonia de la costa catalana y numerosos pecios, que hacen las delicias de los amantes de submarinismo y el snorkel.

Un grupo de jóvenes practicando snorkel en una cala de aguas cristalinas.PATRONAT DE TURISME DE TARRAGONA

En el Delta, las aguas tranquilas de las bahías dels Alfacs y el Fangar suponen un entorno idílico para iniciarse en los deportes y actividades náuticas, desde la vela al paddle surf. En zonas como la barra del Trabucador también se puede dar rienda suelta con el viento a experiencias más intensas, como el kitesurf. Y para reponer fuerzas y contemplar las maravillosas vistas, nada mejor que poder degustar mejillones y ostra en las mismas bateas donde se producen.

La Via Verda de la Val de Zafán

Esta vía verde es una ruta turística que transcurre por la antigua vía férrea de la Val de Zafán, desde la Puebla de Híjar en Aragón hasta Tortosa, pasando por el interior de las comarcas de la Terra Alta y el Baix Ebre. La línea sólo estuvo operativa durante 31 años y se cerró definitivamente en 1973. En las últimas décadas, se ha transformado en un activo turístico de primer nivel y se han recuperado algunas de las antiguas estaciones. Ahora está en ejecución un proyecto, con fondos europeos, para prolongar esta vía verde desde Tortosa y Roquetes donde acaba ahora hasta Amposta y La Ràpita, donde llegará al mar. Está previsto que esté ya operativa en 2025, con un itinerario sólo para bicicletas y peatones, libre de tráfico.

Un grupo de personas circulando por un acueducto de la Via Verda.PATRONAT DE TURISME DE TARRAGONA

Actualmente esta vía verde cuenta con un recorrido de 130 kilómetros, de los cuales 50 en tierras catalanas. A su paso por el interior del territorio atraviesa varios túneles, acueductos, antiguas estaciones de ferrocarril reconvertidas en servicios de restauración, alquiler de bicis y alojamiento, áreas de ocio y puentes con unas vistas impresionantes, ya sea de los Ports o del río Ebro. Uno de los puntos más singulares es el santuario de la Fontcalda, entre Prat de Comte y Gandesa, con una zona termal al aire libre donde refrescarse y recuperarse del esfuerzo realizado.

En kayak por el río Ebro

Otro de los activos de las Terres de l’Ebre es sin duda el río que le da nombre y que marca su paisaje y el carácter de sus habitantes. El Ebro es un espectáculo en sí mismo, con sus bosques de ribera, sus islas fluviales, su biodiversidad y unos paisajes que pueden ser disfrutados en embarcaciones turísticas (llaguts), en barcas a motor y en piragua o kayak. Uno de los tramos de mayor belleza es el que transcurre entre las poblaciones de Miravet, en la comarca de la Ribera d’Ebre, y Benifallet, en el Baix Ebre.

Un kaiak en un tramo frondoso del río Ebro.PATRONAT DE TURISME DE TARRAGONA

Un descenso de unos 12 kilómetros y unas dos horas y media sin dificultad, del que puede disfrutar toda la familia, y en que se admira desde el imponente castillo templario de Miravet a los campos de cultivo próximos al río, disfrutando de un paisaje único, con su fauna y flora. Todo un espectáculo para los sentidos.

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