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Serafí, una industria gráfica que da muy buena impresión (y algo más)
Sesenta años han transcurrido desde que Serafí Gázquez abrió en Terrassa una imprenta para estampas de comunión y tarjetas de visita. Hoy, esta industria de artes gráficas dirigida por Maite y Jaume, dos de sus hijos, tiene 25 empleados y exporta un tercio de sus trabajos. Barça, Real Madrid o el Celler de Can Roca son algunos de sus clientes. Conocimiento y tecnología para impresionar.
Es curioso que el nombre de la persona que inició esta travesía empresarial vinculada con las artes gráficas tenga las mismas seis letras que uno de los adornos tipográficos más comunes. Serafí y serifa. Al margen de casualidades, Serafí Gázquez Mañas fue un tipo extrovertido e inquieto. Creció junto a la ciudad barcelonesa de Terrassa y allí comenzó a aprender el oficio de impresor con poco más de 15 años. En 1964, con 28, se independizó. Su hijo Jaume recuerda lo que los amigos de su padre le decían: “Serafí, eres como la San Miguel, donde vas, triunfas”.
Imprenta en el centro de Terrassa
Serafí y Vicenta Moya se casaron y juntos empezaron a manejar los tipos móviles. Hay una foto en blanco y negro que Jaume y Maite –los dos hijos que han decidido seguir con el legado familiar como director general y directora de finanzas, respectivamente– conservan: su padre en la imprenta que abrió en un local a pie de calle en el centro de Terrassa con su primera máquina offset. Calendario y reloj de pared presentes. Imprimían tarjetas, estampas de comunión “y dos productos ya históricos: los números impresos de las consultas médicas de la Mutua de Terrassa".
“Nos gusta meternos en jardines”
En 1976 se produjo un hecho que marcaría la imprenta de Serafí. “Fue un acontecimiento en casa”, comenta Jaume. La agencia de Madrid que trabajaba para los Juegos Olímpicos de Moscú aprobó la producción de un millón de sobres para Coca-Cola con un color y una tecnología determinada. “Hoy tardamos cinco horas, mis padres y sus cuatro empleados estuvieron unas cuantas semanas con la impresión”. Aquel reto les ha perseguido como una bendición. “Nos gusta meternos en jardines porque al final se han convertido en ofrecer soluciones personalizadas a nuestros clientes”, asegura Maite.
Pioneros en tecnología puntera
Antes de asomar el siglo XXI, Serafí Industria Gráfica fue de las primeras imprentas españolas en incorporar una nueva tecnología de impresión por ordenador, la CTP (Computer to Plate), que permitía realizar trabajos a más velocidad y de más volumen. “La máquina nos costó más de 30 millones de las entonces pesetas, que era un dineral”. Desde finales de los ochenta, los hermanos Gázquez ya trabajan a tiempo completo en la empresa del padre. Serafí falleció en noviembre de 2019 y a pesar de estar jubilado, pasaba a diario por las nuevas instalaciones de más de 2.500 metros cuadrados, inauguradas en 2008.
Impresiones con textura y aromas
Desde ese año, la empresa, que hoy cuenta con 25 empleados, se ha convertido en un referente mundial en impresión. Han certificado una tecnología propia –Cool print– “que nos permite impresiones con efectos especiales, texturas, aromas… y sobre cualquier sustrato mediante reacciones químicas”. Convertidos en lugar de referencia de los avances tecnológicos de la multinacional estadounidense Hewlett-Packard (HP), son capaces, por ejemplo, de replicar en papel o cartón piezas con acabado metálico.
El penúltimo desafío
Para Maite y Jaume, los últimos trabajos son los más preciados. Acaban de terminar un pedido de 2.000 calendarios de adviento para Rocambolesc, la heladería artesanal de Jordi Roca, que tiene forma de circo mágico. Si tiras de la carpa para abrir la caja aparece una pista de circo con todo detalle y unos cajoncitos para los chocolates. “Todo es cartón certificado para el contacto alimentario, apenas hay puntos de cola”, explica Jaume. La primera reunión con el equipo del reputado cocinero fue en mayo.
Unos bichos raros
Así se autodefinen Maite y Jaume cuando explican que su imprenta no tiene comerciales “y no nos falta el trabajo. Nuestro modelo de negocio no es picar de forma fría en la puerta de potenciales clientes. Nuestros trabajos son nuestro mejor agente comercial. Lo que sí hacemos es asesorar, acompañar y ofrecer soluciones alternativas y, sobre todo, personalizadas”.
Francia, uno de los países con mayor peso en sus exportaciones
Con estos mimbres han facturado en 2023 más de 3 millones de euros, correspondientes a un volumen de producción que supera los 25 millones de unidades. El 30 % sale de las fronteras españolas para clientes que se encuentran, sobre todo, en Francia, Alemania y Noruega. Y entre los sectores industriales que más demandan sus servicios están la banda, cosmética, alimentación, farmacia o informática.
Del Barça al Real Madrid
Cuando hablamos de hasta dónde llegan sus productos, Jaume expone un mapa con más de cien países. Pero hay truco. El pasado año realizaron 10.000 envíos directos a países de los cinco continentes. ¿Qué mandaron? Unas cajas a modo de carpeta con el carné de socio del F. C. Barcelona. “Somos proveedor habitual del Barça y desde 2022 hemos enviado casi 30.000 altas de nuevos socios en un packaging personalizado en tres idiomas”, asegura el director general de Serafí. Ah, también hacen trabajos para el Real Madrid ya que HP es colaborador del club blanco.
Menos huella, más impronta
Es su lema cuando quieren destacar las iniciativas sostenibles que han tomado a lo largo de los años. Además de usar tintas respetuosas con el medioambiente y producir materiales reciclables y algunos compostables, han instalado una cubierta de paneles solares en su factoría que genera un tercio de la energía que consumen. “No es fácil ni barato para una PYME”, admite Maite.
La tercera generación en marcha
Tanto en sostenibilidad como en tecnología, Serafí ha necesitado un compañero de viaje, los proveedores financieros. “Las inversiones o reinversiones son más amables cuando hay confianza mutua con los bancos y en nuestro caso han sido muy cercanos”, asegura Jaume. Los dos hermanos se sienten orgullosos por mantener la herencia de su padre y están contentos porque ya ha continuidad. La tercera generación de Serafí Industria Gráfica ya trabaja en la empresa.