Privado
Duro, triste, difícil y amargo
Con estos cuatro calificativos definió el alcalde Àngel Ros el año cerrado tanto en lo político como en lo personal, refiriéndose a los atentados de agosto, a la represión policial, al procés independentista que en su opinión no lleva a ninguna parte y a la falta de políticas del gobierno de Madrid. Hizo el balance en la tradicional comida de Navidad con los medios, que este año se trasladó a enero para no interferir en la campaña electoral y también de sitio, unos metros desde Mercolleida, que está en obras, a la Llotja. Pese a su balance pesimista, y que las previsiones para este año tampoco invitan al optimismo en política, aseguró que se mantiene firme en su decisión de volverse a presentar a las elecciones dentro de año y medio “si el partido me lo pide y mi familia lo permite”.