Complicar aún más la votación

La Paeria celebró el pleno sobre el estado de la ciudad y, como es habitual, tampoco hubo consenso en el diagnóstico porque como en el programa que hizo famoso Umbral cada cual fue a hablar de su libro. No tuvieron inconveniente en repetir argumentos, por ejemplo, sobre el POUM, que ya se habían escuchado en el salón de plenos hasta con sesiones específicas. Esta vez sí se ajustaron un poco al horario pactado, que era de 242 minutos, porque el pleno se cerró en cinco horas, algo que tiene mérito teniendo en cuenta que esta vez hicieron una pausa de cinco minutos que se alargó hasta el cuarto de hora y lo complicado que hicieron las votaciones de propuestas desglosadas, ya no en puntos como es habitual, sino en subpuntos. Algún edil preguntó por dónde iba la votación.