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Els Firals de Bellvís recrean, desde hace más de veinte años, una leyenda ambientada en 1637. Este año, sin embargo, todo parecía tener una doble lectura. Según la tradición, cuando los perseguidos por la justicia tocaban L’Anella de Cal Bufalà, el señor de la casa los protegía y les garantizaba un juicio justo. Era así como se conseguía expulsar de Bellvís al capitán Rodrigo y a los hombres del rey Felipe IV. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia... o no. Por si acaso, el diputado de ERC Ferran Civit tocó ayer esta puerta histórica en nombre de la madrina del acto, Meritxell Serret, actual delegada de la Generalitat en Bruselas. Civit se dirigió al capitán Rodrigo para decirle que en un futuro “seréis bienvenidos, pero como turistas”, lo que desató la euforia del público.

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