El problema de llamarse igual

En los cinco mil folios del sumario sobre las tramas de la Diputación hay material muy serio y también partes que mueven a la sonrisa. Ya explicamos el caso de la bruja Pili contactada por la jefa de gestión de presidencia, Marlen Minguell, para que se contratara a la esposa de un amigo del PDeCAT. No se conocía que esta directiva fue protagonista involuntaria de otra anécdota cuando se ordenó el seguimiento de sus cuentas y conversaciones, y dio la casualidad de que hay otra mujer de su misma edad que comparte nombre y los dos apellidos. Y fue ella, la que no trabaja en la Diputación, la inicialmente seguida por los servicios policiales que hasta reclamaron su declaración de renta. Los ingresos no se ajustaban a lo previsible y vieron que los DNI de las dos Marlen no coincidían.