La pandemia de los “falsos asociados”
En el marco de la convocatoria de huelga propuesta por las universidades catalanas para los días 28 y 29, los profesores asociados se han organizado para denunciar su precariedad laboral. Según la Normativa para la provisión y contratación del profesorado asociado, este “desarrolla tareas docentes a tiempo completo y con carácter temporal” y “es contratado entre especialistas de reconocida competencia que acrediten ejercer su actividad profesional fuera del ámbito académico universitario”.
Con los desajustes (entre esta disposición legal y la realidad práctica) que se han producido en la última década a raíz de los recortes en la financiación de la Universidad, se ha extendido como una pandemia la figura del “falso asociado”, que no responde a ese modelo que marca la normativa. Más allá del escaso marco retributivo de esta figura (oscila entre los 180 y los 500 € en la mayoría de casos), sus reivindicaciones pretenden mejorar el sistema universitario catalán: no tiene sentido que los profesores asociados representen más del 50% de la plantilla; en muchos casos van cambiando de asignatura de un año a otro (con el trabajo de preparación que comporta); imparten asignaturas básicas que deberían asumir los titulares y catedráticos; a menudo les encargan cosas que no les corresponden (dirigir o evaluar trabajos de fin de grado, de fin de máster y aun tesis doctorales); la investigación que realizan no les cuenta; la carga docente que tienen no les permite investigar, que es lo que necesitan para acreditarse –si no lo están– a fin de promocionar; las subvenciones para publicaciones que ofrece la misma UdL están limitadas al profesorado a tiempo completo. El resultado es que con esos abusos mengua la calidad formativa que reciben los estudiantes, quienes, por su parte, pagan unas matrículas carísimas. Es por ello que reciben su apoyo, así como el de buena parte del profesorado a tiempo completo.
Por todos estos motivos han constituido la Asamblea de Profesores Asociados, que ya se ha reunido tres veces en las últimas tres semanas y ha formado un grupo que está trabajando en sus reivindicaciones: hoy llevan su voz al Claustro de la UdL. A este colectivo se han sumado otros profesores de la UdL que trabajan en condiciones precarias como son los docentes del Institut de Llengües que tienen contrato de PAS.