El cava caliente también sirve

En la sede de Esquerra se vivió la noche electoral con euforia entre los militantes, pero mucha calma por parte de su alcaldable, Miquel Pueyo, que siguió el recuento desde un despacho con mucha discreción. A la hora de brindar para las fotos del vuelco histórico tuvieron que echar mano de las reservas y el cava estaba caliente porque se había acabado el de la nevera. Pero era tanta la alegría que no fue obstáculo para brindar con cava caliente y hasta vasos de plástico. Y eso que el recuento fue de los más lentos de las últimas elecciones: primero, porque se contaron antes los votos de las europeas; luego, porque la empresa adjudicataria del recuento iba más bien despacio y finalmente porque el sorpasso de ERC al PSC fue a cámara lenta: primero con un voto y luego con 81.