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El pleno de la diputación de Lleida para investir a Joan Talarn como nuevo presidente congregó a decenas de personas, muchas de las cuales siguieron la sesión desde la sala anexa y a través de pantallas de televisión y entre las que se encontraba el líder del PDeCAT, David Bonvehí. Y quizá fue a consecuencia de este lleno que Talarn, a la hora de colocar las veneras o insignias colgantes a los nuevos miembros de la corporación, se encontró con que le faltaba una. Para solventar el problema, el personal de la corporación se apresuró a pedirle la “medalla” a una diputada de ERC, aunque esta la recuperó poco después, cuando encontraron la “desaparecida”. Y más de uno vio un guiño a la situación política actual en el aperitivo de después del pleno: incluía bocadillos de color amarillo.

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