Una recreación muy realista

El Casal Agramuntí se convirtió este largo fin de semana en la emblemática discoteca Kipps. Se cuidó hasta el último detalle y, tal fue el grado de realismo, que más de uno dio por buenos los rótulos situados ante la primera fila de la platea, que indicaban dónde estaban los baños, aunque en realidad fueron instalados en las puertas de emergencia del local.

Dos bandos irreconciliables

No falla. El sábado fue el primer día de niebla intensa en el llano y el primero (de muchos) enfrentamientos dialécticos en las redes sociales. Parece que los leridanos están divididos en dos bandos irreconciliables y a unos les parece un fenómeno meteorológico que invita a la nostalgia, mientras que otros la maldicen sin paliativos.