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Los emotivos reencuentros familiares que se producen en estos primeros días sin restricciones de movilidad tienen como protagonistas indiscutibles a los más pequeños de casa. Y no solo porque se les echara mucho de menos. Ayer nos confesaba un tío que fueron sus sobrinos de corta edad quienes le advirtieron que antes de darse el esperado abrazo, tras cien días sin verse, había que lavarse bien las manos y desechar la mascarilla reutilizable que se había llevado por la calle. Queda claro que se adaptan mejor que nosotros.

Un ‘eco’ infantil en la Diputación

Y seguimos con niños, porque en el pleno telemático de la Diputación una diputada tenía eco en casa y cuando votaba “a favor” una voz infantil lo repetía.

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