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La diputación de Lleida estrenó ayer el nuevo mandato con los representantes surgidos de las pasadas elecciones municipales y, como en toda sesión solemne, se vivió alguna escena de nervios pero que no fue a más. Así, cuando la mesa de edad constituida por Celestí Vila de Organyà, como diputado de mayor edad, y Marc Solanes, de Balaguer, el más joven, y ambos de Junts, dejaron paso al recién reelegido Joan Talarn, ambos se dieron cuenta de que habían dejado la mesa llena de papeles, aunque ello no impidió al presidente ocupar su cargo de nuevo. Y también tuvo algún que otro tropiezo a la hora de seguir el orden del día la secretaria general de la institución. Pese a todo, el pleno terminó sin más contratiempos y con la tradicional foto de familia.

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