Un placer y un honor
La semana pasada se cumplieron 41 años de mi llegada a SEGRE recién salido de la Autónoma de Barcelona y la maleta cargada de sueños, que en buena parte se han hecho realidad en este largo periodo en el que he pasado por todo el escalafón del diario y la empresa. Ahora, porque el tiempo es juez inexorable, llega la jubilación y el momento del relevo para pasar el testigo a Anna Sàez Mateu como nueva directora del diario, designada por unanimidad por el consejo de administración de la empresa.
Por lo que a mí respecta, dejaré la primera línea y continuaré al servicio de la empresa en funciones de asesoría y representación y las que tengan a bien encargarme el presidente o la directora, porque ocho lustros no se pueden borrar de una tacada. Ha sido un periodo apasionante porque hemos tenido la suerte de ver nacer el periódico, tambalearse en la década de los ochenta, recuperarse en los noventa y consolidarse plenamente en el siglo XXI como diario líder de nuestras comarcas y cabecera de un grupo empresarial multimedia independiente y rentable.
Nacimos cuando gobernaba UCD y se acababa de recuperar la autonomía de Catalunya y hemos visto pasar a socialistas, populares, convergentes o republicanos, cambiamos de la peseta al euro, de la máquina de escribir a la impresión digital, narramos el auge del independentismo y padecimos con toda la sociedad los estragos de la pandemia sin faltar ni un día a nuestra cita.
Asistir a todos estos cambios desde la atalaya de un diario ha sido un reto y toda una aventura y aún más asumiendo responsabilidades como director de redacción y responsable de contenidos desde 1992, y aunque lógicamente ha habido días de todos los colores, puedo asegurarles que lo hemos pasado bien y que personalmente ha sido un placer porque he hecho lo que más me gustaba. Y además, sin cortapisas, sin injerencias, sin instrucciones de ningún tipo, algo poco habitual en el sector, y que hay que apuntar en el haber de nuestro presidente y amigo Robert Serentill, que desde el primer momento ha facilitado todos los medios necesarios y nos ha dejado trabajar según nuestro criterio, sin más exigencia que ser un diario de Lleida y al servicio de las personas y los intereses de Lleida y con el lema de que “en SEGRE tenemos que caber todos”.
Y si de algo me siento especialmente orgulloso tras estos 41 años, con más de treinta en primera fila en la dirección y en el consejo de administración, es de que hemos sabido crear un equipo, y si me perdonan la arrogancia hasta de un estilo SEGRE, que pasa por la dedicación, la exigencia, el rigor, la necesidad de contrastar hasta el último extremo, la profesionalidad y hasta la lealtad a los colores de la casa.
Desde su aparición, han sido principios innegociables que se han ido transmitiendo de veteranos a noveles y que han permitido crear un equipo sólido, profesional e intergeneracional, en el que como he repetido hasta la saciedad todos somos necesarios pero nadie es imprescindible.
También ha sido un honor representar a esta casa y liderar este equipo, que cada día se ha esforzado para hacer un diario mejor y estoy convencido de que con la dirección de Anna Sàez, una periodista de raza formada en la casa y con amplia trayectoria, se mantendrá el estilo, adaptado a los nuevos tiempos digitales y se mejorará el proyecto.
Por mi parte, sólo queda agradecer a todos mis compañeros su apoyo y su dedicación y a los lectores su atención y su comprensión y despedirme con la frase del mítico director del Washington Post Ben Bradlee, que he intentado seguir desde el primer día: “Más importante que hacer el diario que tú quieras, es querer el diario que tú haces.”