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Decir que Lleida “huele a mierda”, como opinó en un casting una aspirante a entrar en la Academia de Operación Triunfo originaria de Palma, es una exageración falsa y despiadada, pero cuando el río suena es que agua lleva. La limpieza de la ciudad está más que cuestionada. No es casualidad que fuese una queja recurrente de candidatos y ciudadanos durante la campaña electoral de las municipales. Un informe elaborado por el equipo de gobierno socialista de la Paeria sostiene que un tercio de los vecinos que residen en Pardinyes, Balàfia y Ciutat Jardí, zonas donde está vigente el sistema de recogida de basura puerta a puerta, no recicla bien o, directamente, no separa los residuos correctamente. Que uno de cada tres ciudadanos aplique mal el llamado sistema puerta a puerta en la capital indica que algo no funciona. O falta información o falta una mayor concienciación medioambiental y cívica. Las ordenanzas fiscales para el próximo año abordan la aplicación de una bonificación del 20% en la tasa de basura para aquellos vecinos que reciclan más, lo que supondría que un total de 393 familias de Pardinyes y Balàfia se verían beneficiadas por esta medida, de acuerdo con el último balance de lecturas de los chips, mientras que en Ciutat Jardí serían un total de 52. Estas cifras son, a todas luces, insuficientes. Suponen el 10,64% y el 3,20% de los usuarios, respectivamente. El mismo documento detalla que deberían ser penalizados con un 40% de recargo –tal como establece la ordenanza fiscal vigente que regula la tasa de recogida de basura– 1.209 vecinos de los dos primeros barrios y un total de 622 del tercero por reciclar mal o por no hacerlo, lo que representa un 32,73% y un 38,30% del total, respectivamente. Y no es el único frente abierto, ya que hay vertederos ilegales en muchas partidas de l’Horta, como llevan años alertando los vecinos, amén de muchos puntos negros de suciedad repartidos por toda la ciudad. Sin duda, es urgente que la Paeria tenga en cuenta esta compleja situación cuando se formalice el nuevo contrato de limpieza. La recogida puerta a puerta se inició en Ciutat Jardí en 2018 y se implantó en Pardinyes y Balàfia hace dos años, en plena pandemia, lo que dificultó y mucho la necesaria pedagogía para que los vecinos cambiaran sus hábitos a la hora de sacar la basura. Las ordenanzas fiscales aprobadas en 2022 ya introducían la bonificación del 20% para aquellos que reciclen bien y la penalización del 40% de recargo para aquellos que no lo hicieran, pero el PSC ha decidido que, de momento, solo se aplicarán las bonificaciones. A las puertas de la aprobación de unas nuevas ordenanzas fiscales, es hora del debate sereno, pero inaplazable, sobre cómo mejorar la limpieza de las calles de Lleida y cómo generar menos residuos.

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