Precios por las nubes, salarios estancados

La cesta de la compra de las familias leridanas se ha encarecido un 14,1% en un año, las hipotecas variables han subido una media de 167 euros al mes al doblarse el Euríbor hasta el 4,150% y la inflación subyacente, la que no mide productos petrolíferos, energéticos ni alimentos sin procesar, roza el 6% en doce meses. Y todo apunta a que estos datos empeorarán a tenor de la tensión en Oriente Próximo y la guerra enquistada en Ucrania, que se ha traducido en una crisis económica de abasto mundial. Por contra, los salarios de los leridanos apenas se han revalorizado un 3,05% en septiembre, un incremento del todo insuficiente que no evita la pérdida de poder adquisitivo. Y es que los trabajadores leridanos siguen siendo los que cobran los salarios más bajos de Catalunya y llevan tres años perdiendo poder adquisitivo. A esto se suma la crisis laboral en el campo que ha ocasionado, en parte, la sequía en esta campaña de la fruta a punto de concluir. Los salarios en Lleida, ya en 2021, apenas mejoraron un 2,16%, mientras que el coste de vida subía un 7,3% en las comarcas leridanas. Y poco o nada han mejorado las cosas desde entonces. Con los últimos datos disponibles, correspondientes al mes de septiembre, la subida es de un 3,05%. La líder de CCOO en Lleida, Cristina Rodríguez, considera que sindicatos y empresas deben ponerse de acuerdo para cumplir el compromiso de subir un 10,5% los sueldos porque “no puede ser que los trabajadores estén cada vez más empobrecidos”. La vivienda sigue siendo un lastre. El Euríbor está ya en el 4,150%, el doble que hace un año, lo que implica que una persona que tenga contratada una hipoteca variable de 150.000 euros a 30 años y deba actualizarla en septiembre tendrá un aumento de cuota de 167 euros al mes. Los alquileres también han marcado un nuevo récord, con 475 € al mes de media en la provincia. Ninguna de estas cifras invita al optimismo para la clase media, cada día menos media. Los miles de personas de las comarcas de Lleida que cobran el salario mínimo interprofesional están al borde de los indicadores de la pobreza. Por tanto, toca replantear inversiones, prioridades y presupuestos para no poner en riesgo el estado del bienestar que tantos años ha costado lograr. El catalán necesita mejorarLo que es una obviedad a pie de calle se confirma ahora con datos oficiales: los alumnos de sexto de Primaria y cuarto de la ESO hablan mejor en castellano que en catalán. Así lo reflejan las pruebas de competencias básicas que, por primera vez, han tenido en cuenta la oralidad. El catalán, de hecho, ha experimentado el peor resultado en diez años. Unos resultados que invitan a la reflexión