EDITORIAL
El sector turístico se consolida
Los diferentes sectores del turismo de Lleida llevan muchos años picando piedra para dar visibilidad a unos parajes naturales de primer orden, unos deportes de aventura punteros e innovadores, unas pistas de esquí que van desde el complejo más importante de Catalunya y en el pódium español, hasta pequeñas y medianas estaciones familiares con gran proyección; patrimonio natural incomparable con las iglesias de la vall de Boí y su Patrimonio de la Humanidad como guinda de un pastel cultural innumerable, desde Aran a la Ribagorça, los dos Pallars, el Solsonès y ríos abajo, la Noguera y sus cielos estrellados, que igual lucen de noche que con los vuelos sin o con motor de la vall d’Àger; el Montsec y su versatilidad, tanto para senderismo y excursionismo como por su fauna y flora, el parc de l’Alt Pirineu, las valls d’Àneu.. y así podríamos seguir con cuarenta enclaves del Pirineo, Prepirineo o las rutas del vino y del aceite del llano, los castillos de la Segarra, el Estany d’Ivars i Vila-sana, las banquetas del canal d’Urgell o los coloridos primaverales del Segrià y sus floridos campos. Ahora parece fácil, pero a Ponent y a las comarcas de montaña nada les ha venido dado. La competencia de las playas de Girona o Tarragona, el poder de atracción de Barcelona y la proximidad de otros destinos turísticos más conocidos han sido hándicaps que Lleida ha ido venciendo poco a poco. Las mejoras de las infraestructuras y los servicios han sido vitales y es evidente que la pandemia y el turismo de proximidad obligado han ayudado, pero el mérito del sector para modernizarse, ofrecer una hostelería y una gastronomía de calidad complementaria es un mérito que les corresponde solo a ellos y a todas las administraciones, desde los ayuntamientos a Diputación, Generalitat y Estado, que les han ayudado. En lo que llevamos de esta temporada nos aproximamos ya a los 1,5 millones de pernoctaciones y casi 600.000 visitantes, y solo el rafting del Sobirà, que cerró ayer, ha ofrecido 325.000 servicios. Cifras muy importantes que lejos de complacencia han de ser un estímulo para seguir creciendo en un contexto de calidad y respeto al entorno. El horror que vive GazaUn millón de desplazados en Gaza en una semana, más de 2.000 muertos y 9.000 heridos son cifras escalofriantes que han de comportar que las autoridades mundiales sienten a árabes e israelís en una mesa para parar este horror. Nadie con dos dedos de frente o humanidad resta motivos a Israel para defenderse del terrorismo de Hamás, pero esta salvajada del extremismo nunca puede ser excusa para matar indiscriminadamente a la población civil, nunca