EDITORIAL
Rodalies Lleida, una necesidad vital
El acuerdo del traspaso integral de Rodalies solo incluye, por ahora, las líneas R1, R2 y R3, ninguna con conexión con Lleida. Es evidente que la mayoría de ciudadanos de Catalunya viven en Barcelona y el área metropolitana y la ansiedad que provoca a sus habitantes el deficitario servicio prestado desde hace años por estos trenes requiere de una urgente mejora y que entra dentro de la lógica demográfica y política que sean estas conexiones las primeras a traspasar. En el acuerdo de investidura solo se cita que el Gobierno central asumirá el sobrecoste de la duplicación de frecuencias entre Lleida y Manresa a partir del próximo enero y contempla que el ministerio de Transportes y la conselleria de Territorio creen una comisión que analizará las mejoras en los servicios actuales. “Entre aquellos servicios que asuma el coste el ministerio se encontrarán, como mínimo, los servicios de Lleida a Manresa”, según explicó la senadora Sara Bailac (ERC). Esto es así porque la línea de Manresa se considerará servicio básico. En 2020, la Generalitat anunció que, a partir de 2024, explotaría la línea de Manresa, mientras que encargó cuatro nuevos trenes para esta línea, que llegarán previsiblemente entre finales de 2024 y enero de 2025. El objetivo a partir del año que viene es pasar de 6 a 12 los convoyes que hacen el trayecto de Lleida a Cervera y de 3 a 5 los que van de Lleida a Manresa en días laborables. Las líneas de Lleida a Barcelona por la costa, en cambio, no figuran entre la documentación. Según Bailac, el acuerdo de investidura deja la puerta abierta a que se incorporen en el futuro más líneas. No pondremos agua al vino de un acuerdo que por poco que comporte ya será más de lo que tenemos ahora, pero es evidente que Lleida necesita un servicio propio de Rodalies y que la situación precaria que viven a día de hoy las líneas de Manresa y la costa no puede bajo ningún concepto perpetuarse. El reequilibrio territorial debería ser algo más que un eslogan electoral y no es de recibo que los vecinos de Bell-lloc, Mollerussa, Golmés, Bellpuig, Tàrrega y Cervera, por una parte, y los de Juneda, Les Borges, Vinaixa y resto de la conexión con la costa, llevan años renunciando al transporte ferroviario para trasladarse a Lleida o ciudades intermedias por falta de inversión e interés y que sea relativamente fácil, que no barato, para un vecino de Lleida trabajar en Barcelona o Madrid y vivir en la capital del Segrià al poder desplazarse en el tren de Alta Velocidad, mientras un ciudadano de Tàrrega o Les Borges debe recurrir al coche privado para sus desplazamientos cotidianos a Lleida. Por no hablar del Pirineo y su única conexión ferroviaria hasta La Pobla, un servicio que es evidente que ha mejorado poco a poco desde que fue traspasado a la Generalitat. Acabe como acabe la investidura, Rodalies Lleida ha de ser una prioridad absoluta para todos los partidos.