EDITORIAL
Legislatura difícil pero esperanzadora
Pedro Sánchez fue investido ayer presidente del Gobierno por mayoría absoluta y en primera votación con 179 votos a favor, 12 más que hace cuatro años. El resultado significa que el candidato del PSOE afronta su tercer mandato con más apoyos de los que obtuvieron, por ejemplo, presidentes como Mariano Rajoy en 2016 o José Luis Rodríguez Zapatero en sus dos legislaturas de 2004 y 2008. Un amplio respaldo parlamentario sustentado en las alianzas del PSOE y Sumar, que reeditarán el Gobierno de coalición progresista, con las fuerzas nacionalistas e independentistas catalanas, vascas y gallegas, además de Coalición Canaria. En realidad, el candidato socialista ha obtenido el voto a favor de la práctica totalidad de grupos políticos de la Cámara, a excepción de la derecha y la extrema derecha. Esto es, de las bancadas del PP y de Vox y del diputado de UPN. Un resultado que choca frontalmente con las acusaciones de “falta de legitimidad” o incluso de “fraude electoral” lanzadas desde la tribuna por los portavoces de la derecha durante las sesiones plenarias. “El único reproche que nos hacen el PP y Vox nada tiene que ver con los pactos con los partidos nacionalistas”, señaló Pedro Sánchez en su alocución final, para puntualizar: “El reproche que nos hacen es que con esos acuerdos hemos ganado el Gobierno que estamos a punto de conformar. Y eso nos permite mejorar la vida de quienes dependen de lo público”, añadió. Las negociaciones para conseguir conformar la complejísima mayoría parlamentaria y de la que depende la viabilidad de la legislatura de ahora en adelante orbitaron en torno a la histórica ley de amnistía a los implicados en el procés. Y ese, el de la amnistía, fue de hecho el tema más recurrente de confrontación política entre los grupos que desde ayer repetirán oficialmente como oposición y los que volverán a sentarse en la bancada azul del hemiciclo. Con Sánchez investido, la presidenta de la Cámara Baja cumplirá con el protocolo constitucional e informó ayer mismo al jefe del Estado del resultado de la votación. Lo previsto es que hoy mismo tenga lugar la promesa ante la Carta Magna del reelegido presidente en presencia del rey y en la Zarzuela. Las complicaciones de la legislatura tienen varios frentes. En primer lugar, la fragmentación de la izquierda, los 5 votos de Podemos serán mucho más complicados de conseguir que los de Sumar de Yolanda Díaz y son indispensables para alcanzar mayoría en cualquier votación. Y, evidentemente, el compromiso que firmó el PSOE con Junts y ERC para abrir una negociación histórica que permita a la mayoría independentista del Parlament avanzar hacia el reconocimiento nacional de Catalunya. Un reto difícil que muchos intentaron desde 1714 y que acababó siempre en fracaso. Esperemos que en pleno siglo XXI se imponga el sentido común, el bien común y la democracia.