Una Navidad para dignificar la vida de las personas

Esta Navidad, como cada año, las luces de las calles convivirán con la alegría, las celebraciones y también con el deseo de un mundo mejor. Porque tenemos la oportunidad de hacerlo. De ser capaces de ver y oír con el corazón la realidad que nos rodea, sin dejar pasar de largo el anhelo de esperanza en un mundo en constante transformación. Es momento de observar y entender, sin dejarnos llevar por el miedo y las dificultades y, ni mucho menos, por la indiferencia o la pasividad. En Cáritas, como dice nuestra campaña de Navidad, creemos en los pequeños milagros y sabemos que cualquiera de nosotros tiene mucho que ver para hacerlos realidad.

Les necesidades básicas se disparan

El último informe Foessa, publicado por Cáritas española, trata sobre una ecuación que condiciona la calidad de vida, la diferencia entre ingresos y gastos que perciben las familias. Una divergencia que pone todavía más dificultades en el día a día de los hogares con menos recursos.

En los últimos años, la vivienda se ha convertido en un gran pozo sin fondo para numerosas familias, sobre todo para aquellas con menos ingresos. Los gastos relacionados con el pago de la casa y los suministros son –con diferencia– los que más se han incrementado en los presupuestos familiares, desequilibrando las economías de millones de hogares en nuestro país. De hecho, las familias con menos ingresos invierten más de 6 de cada 10 euros (63%) en gastos de vivienda, suministros y alimentación, enfrente de los menos de 4 de cada 10 euros que gastan las que disfrutan de un mayor nivel de ingresos. Tres millones de hogares (el 16,8% del total) quedan, además, por debajo del umbral de pobreza extrema una vez pagados estos gastos básicos. Muchas de estas familias, como el resto, han preparado con ilusión la decoración de pesebres y árboles con el encendido de luces, para que el espíritu de Navidad ilumine sus hogares. ¿Qué pasa en las casas donde esta acción no es posible por el corte de suministro o por la necesidad imperiosa de ahorro?

Navidad es una oportunidad para acercar la luz a quien más lo necesita, mediante un gesto solidario y lleno de ternura, como nos recuerda el Papa Francisco: “No tengáis nunca miedo de la ternura”. Hay que actuar para mejorar la vida de las personas que más lo necesitan, porque nos importan y porque podemos ser su fuerza.

Agradecimiento y esperanza

Hoy también queremos hacer un agradecimiento a todas aquellas personas que forman parte de la acción social de Cáritas, por su generosidad y testimonio, porque se convierten en un pequeño milagro para muchas familias. Los programas y servicios de las Cáritas diocesanas se atienen y acompañan miles de personas, poniendo el foco, especialmente, en las más vulnerables y con mayores necesidades. Sin la dedicación de trabajadoras y trabajadores y el voluntariado, eso no sería posible.

En estos días, tenemos la oportunidad, y quizás la responsabilidad, de dignificar la vida de mucha gente de nuestro entorno, víctimas del egoísmo más absoluto que se pone de manifiesto en actitudes individuales y en la toma de decisiones en el ámbito político, económico y social. Por desgracia, las informaciones e imágenes que nos invaden diariamente nos llenan de tristeza y desazón ante tanta indignidad humana y tanto sentimiento de impotencia. Desde nuestro espacio de vida y ámbito de actuación, seguro que podemos hacer algo y convertirnos en luz para los otros. En estos días hay muchos niños que esperan delante del belén una luz. ¿Seremos capaces de conseguir el pequeño milagro de encenderla? Nos hace falta seguir trabajando y confiando para que sea posible. En eso, todo el mundo tiene mucho que ver.