Quid pro quo con el perro
La prisión de Lleida vivió ayer a primera hora de la tarde un hecho inédito hasta ahora: la entrada de un perro para que pudiera estar con uno de los reclusos, que es su dueño. Tal como avanzó este diario, Justicia autorizó este singular “vis a vis” porque al can le queda poco tiempo de vida y el preso solicitó poder despedirse de él. Nuestro fotógrafo esperó fuera del recinto penitenciario para poder captar el momento de la salida del animal. Lo llevaban dos mujeres, que al principio se mostraron un tanto reacias a las fotos, pero después colaboraron y al final pidieron al fotógrafo que les ayudara a subir al perro a una furgoneta. Lo hizo con gusto y ambas debieron de agradecerlo, porque pesaba bastantes kilos.