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La capacidad de los socialistas para desgastarse en guerras fratricidas es digna de mejores causas. Después de largos meses de velar armas, los críticos de Pedro Sánchez parecen haberse decidido a lanzar la ofensiva final, lo que en la Guerra de Irak contra Sadam Hussein se llamó “la madre de todas las batallas”. La tensión en torno a la investidura es ahora el elemento aglutinador en busca de una abstención pero si no, habría otro, no lo duden. Desalojar a Sánchez de la secretaría general del PSOE es el objetivo a toda costa y a Susana Díaz la quieren como capitana de la insurrección.

Aunque fuera el secreto mejor guardado y los viajes preparatorios a Madrid de la presidenta andaluza hayan sido muy discretos desde final del verano, el pasado martes día 13 de septiembre, sorprendentemente, un crítico de Susana Díaz anunció la operación en el marco del Congreso de Comunicación Política organizado por la escuela de negocios NEXT IBS. Gran exclusiva, aunque la duda que mantenía es si Susana no haría emerger un tapado contra Sánchez por si no se ganaba la batalla, que se prevé feroz. No era una indiscreción, porque nadie se lo dijo, sino porque “supo leerlo en Twitter”. José Antonio Rodríguez Salas, alcalde de Jun, un municipio granadino de cuatro mil habitantes, es el hombre que se atrevió a presentarse contra Susana Díaz para la secretaría general del PSOE andaluz pero le anularon sus diez mil avales porque eran electrónicos. Puso una denuncia y le dieron la razón pero “los militantes del PSOE no pueden pleitear contra los dirigentes aunque tengan razón, por lo que decidí abandonar la causa”. No pierdan de vista a @joseantonioJun, al que siguen en Twitter 428.000 personas y cuenta con apoyo tecnológico de la dirección mundial de esa red social y del Massachusetts Institute Tecnology, que impulsan un programa experimental en la localidad de Jun. Maneja por tanto la última tecnología para escuchar e interpretar con eficacia el ruido de las redes digitales. Todo esto se explicaba al detalle en un reciente reportaje del mismísimo New York Times, que lógicamente todavía no adelantaba lo que está sucediendo ahora mismo: que la campaña de Hillary Clinton va mal y el alcalde granadino ha sido reclamado por el equipo demócrata para que acuda a achicar agua entre el electorado hispano, desde Chicago a Ciudad de Mexico. Pero horas antes de salir dio esta exclusiva en el Congreso de Comunicación Política citado: “Las redes han estado en silencio dos meses pero Susana va a salir ya contra Pedro Sánchez porque lo detectamos en la actividad en Twitter de todo su entorno”. Lo anunció el martes por la tarde, el miércoles el extremeño Fernández Vara dio pie denunciando que se limitaba la libertad de expresión dentro del PSOE y Susana salió en su socorro público el jueves. La guerra está declarada y la acorazada andaluza avanza hacia Madrid, aunque alguien tan relevante como el comentarista político Antonio Casado advierta que, “al igual que la cerveza Cruzcampo, de Despeñaperros para arriba, no la pidan”. Los guerrilleros publicitarios del entorno de Susana contratacan diciendo que “al de Madrid le llaman el Trinaranjus, porque no se toma en ningún lado”. De pena.

Esta batalla, que se recrudecerá el lunes 26 con los magros resultados previstos de los socialistas en Galicia y Euskadi, le viene de cine a Mariano Rajoy, que se lava las manos en el caso de Rita Barberá “porque ya no es militante del PP”. Pero “sí es senadora autonómica votada por la cámara valenciana a propuesta de ese partido”, recuerda el profesor Ignacio Urquizu. Un respiro para el Presidente en la sucesión de escándalos, pero inquietud ante la declaración de Susana Díaz que considera la abstención en el Congreso para permitir un posible gobierno popular solo con otro candidato.

La desolación entre los socialistas es patente. Presienten la batalla y temen los devastadores costes. Gallegos y vascos han pedido que no abran fuego hasta el lunes 26 pero las hostilidades parecen imparables. Es lo que hay.

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