APUNTE AJENO
Arrimadas se arriesga
La vuelta de Inés Arrimadas al primer plano de la política tras su reciente maternidad coincide con las negociaciones de Pedro Sánchez para allegar apoyos a su proyecto de Presupuestos. La líder de Ciudadanos despliega un discurso conciliador en materia de pactos que está siendo muy aplaudido por los medios afines al Gobierno. Detalle a tener en cuenta porque contrasta con las críticas a Pablo Casado por negarse a firmar en blanco el apoyo del PP a las cuentas que en su día dará a conocer Pedro Sánchez.
Perdido el apoyo de ERC –Rufián veta cualquier pacto en el que participe el partido naranja– y contando solo con el del PNV, para el PSOE el apoyo de Ciudadanos se revela crucial. En términos políticos, Arrimadas se arriesga mucho al fiarse de Sánchez dando por hecho que cumplirá los compromisos por los que Ciudadanos apoyará las futuras cuentas del Reino. Entre esos compromisos destaca el de no subir los impuestos como exige Podemos, socio del Gobierno. Pero Pablo Iglesias, en reciente entrevista, ha reiterado que el “impuesto a los ricos” es irrenunciable. No lo ha dicho con estas palabras, ahora prefiere el lenguaje de madera: “Revisión de la fiscalidad en un sentido progresista y distributivo”, pero sigue en lo mismo. En la mencionada entrevista incluso hablaba de modificar al alza determinadas figuras impositivas y de subir el IVA a algunos productos de lujo. Arrimadas confía en que el presidente cumpla y que no ceda ante la presión de sus socios pero en orden de hacer honor a su palabra los antecedentes de Sánchez no son alentadores.
Y es ahí, dónde la apuesta estratégica de Ciudadanos que al apoyar los Presupuestos de hecho abre la puerta para que Sánchez pueda completar la legislatura manteniendo el pacto con Podemos, podría encontrarse con el rechazo en las urnas de una parte considerable de sus votantes. En Cataluña en las elecciones autonómicas de 2017 fue el partido más votado. Consiguió 36 diputados. Ahora la última encuesta les anuncia una pérdida de hasta dos tercios del electorado. Se quedarían en 13 escaños. La situación sanitaria y social es preocupante, y como tal reclamaría de los partidos políticos arrinconar el interés partidista en aras del bien común.