BOIG PER TU
¡Qué mal rollo...!
Guerra en las portadas de las revistas y guerras internas que quién sabe si irrecuperables. Una, la más selecta, lleva la exclusiva de la boda de Kiko Rivera, con su madre Isabel Pantoja de madrina (requisaron los móbiles a los invitados para que nadie hiciese añicos la exclusiva pactada, dicen, que por 200.000 euros). Otras llevan, la más modesta, la de Paz Padilla (Cádiz, 1969) con su enamorado de toda la vida, o desde hace 32 años. Él la esperó siempre. Ella se casó con otro. Se divorció y ahora han vuelto. Se han casado en la playa donde se conocieron, la de Zahara de los Atunes. Más romántico imposible. Pero, ¡ay!, siempre hay un pero. A la boda de la presentadora del Sálvame diario sólo acudió el director del programa, David Valldeperas. No invitó a ninguno de los colaboradores de programa con los que comparte plató de lunes a jueves. Ni tan siquiera Jorge Javier Vázquez, el tótem de Tele 5. Ni don Vasile. Lo que demuestra lo mal que se lleva Paz Padilla, no con el mandamás de Mediaset, sino con sus compañeros del día a día. Este mal rollo no va a olvidarse. Seguro.Guerra en las portadas de las revistas y guerras internas que quién sabe si irrecuperables. Una, la más selecta, lleva la exclusiva de la boda de Kiko Rivera, con su madre Isabel Pantoja de madrina (requisaron los móbiles a los invitados para que nadie hiciese añicos la exclusiva pactada, dicen, que por 200.000 euros). Otras llevan, la más modesta, la de Paz Padilla (Cádiz, 1969) con su enamorado de toda la vida, o desde hace 32 años. Él la esperó siempre. Ella se casó con otro. Se divorció y ahora han vuelto. Se han casado en la playa donde se conocieron, la de Zahara de los Atunes. Más romántico imposible. Pero, ¡ay!, siempre hay un pero. A la boda de la presentadora del Sálvame diario sólo acudió el director del programa, David Valldeperas. No invitó a ninguno de los colaboradores de programa con los que comparte plató de lunes a jueves. Ni tan siquiera Jorge Javier Vázquez, el tótem de Tele 5. Ni don Vasile. Lo que demuestra lo mal que se lleva Paz Padilla, no con el mandamás de Mediaset, sino con sus compañeros del día a día. Este mal rollo no va a olvidarse. Seguro.