BOIG PER TU
¿Adiós o hasta luego?
Lo confieso. Nunca he sido un incondicional de Águila roja (La 1) básicamente porque se me hacía extraño ver, y creer, a un ninja enmascarado aterrizando en la España de Felipe IV y los tercios de Flandes. Pero debo reconocer que tiene su mérito aguantar 166 capítulos y nueve temporadas con una audiencia más que aceptable y, lo que es más importante, saber irse con dignidad. Vendida a 45 países y con 37 premios internacionales a sus espaldas son un aval más que suficiente para una producción que en su última entrega del jueves ofreció el final esperado: el héroe y el antihéroe no mueren en el cadalso como parecía indicar para reunirse con sus amadas. Gonzalo de Montalbo, con su embarazada Margarita y el Comisario (y hermanastro) con su amada-odiada Lucrecia. Sus últimas frases fueron de nota: “Te odio tanto que me voy contigo” (ella). “Te odio tanto que dejo que vengas” (él). Genial. Pero no sufran. El fiel Satur también dijo una frase final como epílogo: “El mal siempre está ahí y necesita un héroe que lo frene”, dejando así las puertas abiertas a un spin-off.