Ojo con la letra pequeña

Es un tema que lo tenía olvidado hace ya tiempo, pero como dentro de poco lo tendré que volver a tocar, el domingo presté atención a las abrumadoras promociones de juguetes, de cara a estas fiestas navideñas, en los cortes publicitarios mientras disfrutaba viendo La Cenicienta de Disney. Sí, habrá otras fábricas de animación, probablemente mejores, pero ninguna como Disney. A lo que vamos. En la pequeña pantalla aparecen mil y un juguetes de todo tipo y condición: reedición de juguetes clásicos, innovadores con nuevas tecnologías, inspiración en series y largometrajes de éxito... Un galimatías para los compradores y/o Reyes Magos y Papá Noel versión anglosajona y, desde luego, un bombardeo de tentaciones para las sufridas mentes infantiles. Pero, ¡amigo!, hay que leer la letra pequeña de los anuncios –como la de los analgésicos, que aconsejan consultar al médico y/o farmacéutico–. El precio (más de 50 euros) hay que verlo con lupa: las pilas no entran y si hay más de un accesorio, se vende aparte... Padres, abuelos y demás familia... Ya estáis avisados.