Bien está lo que bien acaba

Ha acabado Velvet destrozando a la competencia y dejando las puertas abiertas a un spin-off que aseguran que se está manejando en los despachos de Atresmedia. Sin duda, a lo largo de estas cuatro temporadas, este culebrón puro y duro, con final feliz y envuelto en una banda sonora excepcional con grandes éxitos de los 40, 50 y 60 se ha convertido en el último gran referente televisivo de este país y, sobre todo, con esa generosa propina de emitir quince minutos en directo –algo inusual en España– previos al final más deseado por la audiencia: la boda entre Alberto y Ana. Antena 3, sin reparar en gastos, echó la casa por la ventana en medios técnicos para conseguir que cerca de cinco millones no se perdieran detalle de los últimos coletazos de la trama. Se lo trabajaron bien y dada la poca experiencia teatral de la mayoría de los actores, optaron por ir a lo seguro. José Sacristán, con mucha mili encima como para fallar ahora y el secundario Asier Etxeandia –todo un descubrimiento– fueron quienes se cargaron a sus espaldas la responsabilidad del directo. Éxito completo.