BOIG PER TU
... y Año Nuevo
Aunque a las once y cuarto de la mañana la mayoría de los mortales se recuperan en la cama de los excesos de fin de año, resulta de lo más sano reunirse con José Luis Pérez de Arteaga para disfrutar del Concierto de Año Nuevo desde la Sala Dorada del Musikverein vienés. Un año más la elección resultó de lo más acertada. El director de la Filarmónica de Viena, que celebraba su 175 aniversario con un vestuario para la ocasión, fue el venezolano Gustavo Adolfo Dudamel, que aportó juventud y frescura a un concierto poco dado a innovaciones más allá de las estrictamente necesarias. Juventud, porque a sus 35 años fue el más joven en colocarse en el atril delante de los músicos (y además sin partitura, todo de memoria) y frescura, con hasta siete piezas inéditas en los programas de un concierto cuyas entradas van desde los 240 a los 1.090 euros. Una de ellas tuvo sabor y castañuelas españolas. La polca rápida Pepita, compuesta por el hijo mayor de los Strauss a la memoria de Pepita de Oliva (1830-1871), bailarina española que encandiló en Viena en una actuación en el verano de 1853.