BOIG PER TU
¿Una imagen real?
No niego que por momentos resulta divertida y que el arranque de la nueva temporada de Los Gypsy Kings en Cuatro ha mejorado todos sus registros, empatando técnicamente con el Top Chef de Atresmedia y apaleando al drama histórico de La 1, pero la cuestión es otra: ¿la estereotipada y, en muchas ocasiones, caricaturizada vida de las familias Montoya, Salazar, Jiménez y Fernández-Navarro, que configuran la estructura de este reality, se corresponde con la realidad de colectivo gitano en este país? Desde el estreno de la primera temporada en el 2015 ya se alzaron voces de protesta en el mundo romaní por entender que la imagen que transmitía el programa del entorno gitano no era la más adecuada. Y ese es el gran problema en un colectivo tan sensibilizado como este que, reivindica un trato más justo por parte de la sociedad que les rodea. Por eso exhibir tantos tópicos puede que haga gracia –como los chistes sobre catalanes agarrados, vascos fanfarrones, gallegos ambiguos o andaluces indolentes– pero más allá de eso no se ajustan a la realidad.