BOIG PER TU
¡Que viene Joaquín!
Mi casa es la tuya de Tele 5 alcanzó esta semana récord histórico de audiencia. No es de extrañar. El campechanismo, a veces rústico, de Bertín Osborne, su humor facilón y en ocasiones un tanto casposo y pelota, pero pegadizo, se encontró con su complemento ideal en la figura de Joaquín, el futbolista del Betis. Fue un programa, pese al evidente estado gripal del presentador, redondo, en el que todo fueron unas risas y unos cuantos vinos, mientras la madre del sevillano se ponía al frente de la cocina. Joaquín posee esa virtud poco habitual de que además de ser gracioso cae en gracia, sobre todo cuando explica anécdotas vividas en su ya larga etapa como deportista en activo. En el programa las contó, como diría él, “a puñaos”. Desde el rebote de Lopera, el eterno presidente verdiblanco, cuando el cura no dejó bien visible la Copa del Rey en la boda del futbolista o cuando se presentó de improvisto en una orgiástica fiesta de la plantilla. Joaquín aseguró que cuando lo deje piensa dedicarse a la televisión. Seguro que como monologuista tiene un futuro inmejorable.