BOIG PER TU
Hablar a destiempo
Para que se produzca un hecho tan espectacular, inesperado y taquicárdico como la remontada del miércoles del Barça ante el PSG, tienen que conjugarse una serie de factores y que no falle ni uno solo de ellos: una afición entregada (la hubo), un equipo con fe (a la vista está), un rival acongojado por el miedo escénico (hecho), suerte (a raudales), superioridad sobre el contrario (también) y que las decisiones arbitrales te vayan a favor (evidentes). Lo que no se puede hacer nunca es hablar antes de tiempo ni irte del estadio con minutos aún por jugarse. Esto segundo es anecdótico como esos dos aficionados que entrevistó Antena 3 ya fuera del Camp Nou que se marcharon con el 3-1 y se enteraron de la remontada por el clamor del estadio. Lo grave fue lo de Pedrerol. Arrancó su Champions Total a cinco minutos del final y pronunció el panegírico del Barça. “No pudo ser”, “lo intentó hasta el final”, “lo tuvo en las manos”, “el gol de Cavani fue un mazazo”. Dio paso a publicidad y, como es tan larga, a la vuelta el 3-1 era ya el 6-1. Entonces habló de fe y de milagro.