Sobreviviendo al mal rollo

El verdadero mérito de los concursantes de Supervivientes no radica en las penalidades que deberán soportar durante los tres meses de duración del reality en forma de hambre, sed, picaduras de mosquitos y otros insectos o desarreglos intestinales debido a la precaria dieta. Lo verdaderamente admirable es cómo aguantan –a cambio de una suculenta soldada, todo hay que decirlo– noventa días de malos rollos y maledicencias. Por muy guionados y pactados que estén hay que tener estómago para soportarlo y no morir en el intento. De los esforzados galeotes de la presente edición parten como favoritos Edmundo “Bigote” Arrocet, que pondrá a prueba su amor por María Teresa Campos; Gloria Camila, la hija de Rocío Jurado, que acude al show con su novio; Alba Carrillo, la ex de Feliciano López, que también concursa con su madre, con la que protagonizó, ya el primer día, una ruidosa pelotera; Leticia Sabater, cuarentona ahora morena con ínfulas de adolescente; Laura Matamoros, siempre en pie de guerra contra su padre Kiko y la desenterrada momia de Juan Miguel, el ex de Karina.